Un vino de 2.500 años
Descubierta una torre que certifica 2.500 años de historia vitícola en el Penedès
Una intervención arqueológica en el Castell de la Bleda, un edificio histórico de Santa Margarida y el Els Monjos (Alt Penedès) catalogado como bien cultural de interés nacional, ha permitido descubrir la base de una torre de defensa medieval que podría datar de la segunda mitad del siglo X o principios del XI.
Esta es uno de los hallazgos más significativos que revela el informe preliminar de las excavaciones y sondeos realizados en diferentes estancias de la casa, propiedad de los vinateros familia Torres, donde también se han encontrado evidencias de la presencia de íberos y romanos. Torres adquirió el Castell de la Bleda en el 2016 con el objetivo de preservar el patrimonio arquitectónico del Penedès y destinar las viñas que lo rodeaban al cultivo de la variedad ancestral moneu. Las obras de consolidación del edificio hechas a principios de año, ante el riesgo de hundimiento, hicieron aflorar materiales arqueológicos “de gran interés”.
El arqueólogo Xavier Esteve ha explicado que “esta intervención ha permitido avanzar en el conocimiento de ocupaciones antiguas y las diferentes maneras de entender y explotar este emplazamiento”, y define el conjunto arquitectónico del Castell de la Bleda como “un compendio de 2.500 años de historia vitícola sin interrupciones”. Según Esteve, el yacimiento La Bleda es un asentamiento íbero-romano conocido desde los años treinta, cuando se documentaron los primeros hallazgos de material cerámico que confirmaban la existencia de un pequeño asentamiento rural de los íberos y, posteriormente, de una villa romana. En el año 1121 se documenta por primera vez el Castell de la Bleda, que se habría construido durante la consolidación del condado de Barcelona en el sur del Llobregat.
El director general de Torres, Miquel Torres, manifiesta que “aunque se sabía que el lugar del Castell de la Bleda había sido un enclave estratégico, ha sido una sorpresa encontrar la torre de esta fortificación dentro de la misma casa”. También apunta que “el yacimiento ayuda a poner de relieve la historia del Penedès” y añade que se harán los acondicionamientos necesarios para preservar este hallazgo. Espera que en un futuro próximo pueda ser visitable “por aquellas personas interesadas en el mundo del vino’.
La torre ha resultado sorprendente tanto por su forma, muy poco frecuente, como por sus dimensiones. La parte conservada tiene una estructura maciza de piedras y mortero de cal con dos extremos semicirculares unidos por segmentos rectilíneos. Acabada la edad media, es probable que el castillo dejara de ser una fortificación para convertirse en una masía. La edificación de planta cuadrada de grandes dimensiones que ha perdurado hasta la actualidad se habría construido a finales del siglo XVII.
Además de la base de una torre medieval, se han encontrado pruebas de la presencia de íberos y romanos