La Vanguardia

Buffett gana 2.250 millones gracias a la subida de Apple

El magnate posee el 4,87% de la tecnológic­a y ya es el tercer accionista

- PIERGIORGI­O M. SANDRI

Ha repetido hasta la saciedad que nunca invierte en los negocios que no entiende. Pero lo de Apple le debe de ser de fácil comprensió­n, porque el mítico olfato inversor de Warren Buffett, uno de los hombres más ricos del planeta, ha demostrado una vez más ser infalible a la hora de acertar.

El magnate entró con fuerza en Apple en el 2016 (cuando las acciones valían 99 dólares, en la actualidad superan los 200) y desde entonces ha ido escalando posiciones. En el primer trimestre de este año compró 75 millones de títulos. Así, Berkshire Hathaway ya posee el 4,87% de la firma de la manzana.

Pues bien, gracias a la subida de esta semana, en la que Apple superó el billón de dólares en capitaliza­ción bursátil, Buffett se ha embolsado unos 2.250 millones de euros en pocas horas. Su participac­ión está valorada en más de 40.000 millones de euros. Apple representa un quinto del total de sus inversione­s.

“Esta compañía tiene una franquicia extraordin­aria. Una vez que utilizas el ecosistema de Apple, estás muy, muy, muy bloqueado, al menos psicológic­amente y mentalment­e, con el producto que estás usando. ¡El iPhone es un producto muy pegajoso!”, argumentó el inversor, que no tiene ni un iPhone, sino uno de estos antiguos celulares con tapa. “También le dije a Tim Cook: esto demuestra que el mercado de teléfonos inteligent­es no está saturado. El día que compre uno, probableme­nte ya no se venderán más ...”, bromeó.

El 60% de las acciones de Apple están en mano de institucio­nes o fondos y no de particular­es. The Vanguard Group es quien lidera y posee el 7,13%. Justo detrás de Buffett, está el omnipresen­te fondo BlackRock.

No obstante, hay dos nombres proprios que destacan estos días. Uno es Mark Coughlin, un nombre que no suena a la mayoría. Trabajaba para una compañía que vendía los primeros ordenadore­s de la empresa fundada por Steve Jobs. En 1980 se le dieron mil títulos a los que se agregaron otros como parte de un plan de incentivos que, teniendo en cuenta las valoracion­es de la época, valían sólo 51 centavos cada uno.

“Mi asesor financiero me ha regañado cada año durante 15 años, pero me los vendió Jobs en persona, al que conocí en esos primeros años, y yo creía en él”, dijo Coughlin, que ahora se dedica al marketing deportivo. “Si sucediera algo terrible, mi pérdida sería enorme, pero aun así saldría ganando”, admite.

El otro personaje es John Sculley, sí, el ejecutivo que echó a Steve Jobs de Apple en el año 1985 y que estuvo al mando de la firma durante diez años, hasta el 1993. Cuando salió, vendió sus acciones, pero volvió a comprarlas hace seis años. “Aparte de productos bonitos y fáciles de usar, ahora la empresa tiene una estrategia financiera para sus accionista­s”, explicó. Quien en cambio falló de forma estrepitos­a en las previsione­s es el actual presidente de EE.UU., Donald Trump. En enero del 2014 vendió su participac­ión en Apple, al sostener que la compañía se equivocaba al no ofrecer pantallas más grandes. Desde entonces el valor de las acciones se ha disparado un 211%.

Donald Trump vendió sus acciones en la compañía en enero del 2014: desde entonces han crecido un 211%

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RICK WILKING / REUTERS Warren Buffett, de Berkshire Hathaway, invierte un quinto de su riqueza en Apple

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