El Turó Park ultima su esperada reforma
Las obras se prolongaron durante seis meses y supusieron una inversión de más de 800.000 euros
El Ayuntamiento de Barcelona dio ayer por finalizadas las muy esperadas obras de rehabilitación del Turó Park. Estos trabajos destinados a frenar la lenta decadencia de estos jardines se prolongaron durante cerca de seis meses, supusieron una inversión municipal de más de 800.000 euros y, además, acabaron con los principales males crónicos de esta zona verde, como las fugas de su estanque.
Fuentes del Consistorio detallaron ayer que los trabajos también sirvieron para poner a punto sus caminos de gravilla. Para el diseño, subrayaron las fuentes del Ayuntamiento, se tuvo en cuenta la opinión de vecinos y comerciantes de los alrededores. Además, la mayor parte del parque permaneció abierto al público, ya que las intervenciones se llevaron a cabo por zonas.
Pero la reinauguración de los históricos jardines dedicados al poeta Eduardo Marquina no está siendo especialmente festiva. Lamentablemente, hace días que muchos vecinos de los alrededores se quejan de que últimamente, de tanto en tanto, sobre todo durante las noches de los fines de semana, algunos chavales se cuelan en el recinto bien pertrechados para tomarse unas copas.
“Entran por el pipí can, que siempre está abierto, o saltan la valla –coinciden varios vecinos de los alrededores del Turó Park–. Luego, al día siguiente, nos encontramos los restos del botellón. Llamamos a la Guardia Urbana para que al menos estén al tanto de lo que ocurre, pero no acostumbran a venir. Dicen que no disponen de efectivos. Ya sabemos que este barrio no tiene tantos problemas como el del Born o la Barceloneta, que otros barrios atraviesan situación más complicadas, pero...”.
Además, Bartolomé Criado, presidente de la asociación de vecinos y comerciantes del barrio del Turó Park, añade que el nuevo estanque es mucho menos profundo que el anterior. “El nuevo estanque apenas cuenta con unos 30 centímetros de profundidad –asegura Criado–. Algunos propietarios de perros están aprovechando la circunstancia para refrescar a sus mascotas, incluso a ellos mismos”.
El Ayuntamiento decidió prohibir la entrada de perros en el parque del Turó Park con el objetivo de proteger la nueva vegetación del recinto, pero la costumbre de pasear el perro por aquí está tan arraigada entre tantos vecinos que muchos se resisten a acatar el veto municipal y, pese la advertencia de que en cualquier momento pueden ser multados, continúan trayendo sus mascotas al parque.
Dicen los dueños de los perros que la nueva zona de ocio canino dispuesta a muy pocos metros del Turó Park, en los jardines Piscines i Esports, es muy desagradable y pequeña. Los perros acaban estresados.
Los vecinos lamentan que haya jóvenes que se cuelen por las noches para hacer botellón