Cuando la realidad supera a la ficción
Cuatro relatos donde los autores explican historias que parecen surgidas de la imaginación
Una historia tan real que te parecerá imposible que sea cierta”. Así se describe en la contracubierta el contenido del libro Cara a
cara con Satanás, de Teresa Porqueras, y lo mismo podría decirse de los otros tres libros reseñados. Hay hechos cuyo relato supera a la ficción porque nos parecen tan increíbles que no les damos crédito. Pueden ser relatos en primera persona, entrevistas a otros protagonistas, reportajes periodísticos extensos o textos de contenido más académico, pero la fuerza de los hechos es tal que sus autores evitan la ficción para no confundir.
Se habla de un género híbrido que es la novela de no ficción, a caballo entre la novela tradicional y el discurso testimonio, de la que se suelen poner como ejemplos pioneros A sangre fría (1967), de Truman Capote, y el llamado nuevo periodismo norteamericano. En la actualidad lo podríamos aplicar a los relatos casi apocalípticos de la bielorrusa Svetlana Alexiévich. Y en España, al reciente libro de Ignacio Martínez de Pisón: Filek. El estafador que engañó a Franco, que explica como el aristócrata austriaco Albert Elder von Filek hizo creer a Franco que había inventado la filekina, una gasolina sintética, a base de agua, vino y raíces de planta, hasta que se descubrió el fraude y fue enviado a un campo de concentración. Los escenarios de guerras y posguerra son fuente de inspiración para historias que en tiempos de bonanza nos parecen casi inverosímiles. Pero la vida cotidiana nos ofrece curiosidades, sucesos y experiencias inimaginables. El poeta Leopoldo María Panero, siempre en los límites, escribió para el prólogo de uno de los libros citados aquí que “solo la literatura y el suicidio pueden curarnos del espanto de la vida”.