Evitar la ira de Trump
El miedo a las reacciones del presidente de EE.UU. es tal, que los representantes de la OTAN optaron por pactar los acuerdos de la última cumbre una semana antes de que se llevara a cabo, para evitar que Trump diera al traste con la reunión, como hizo antes con la del G-7.
Los altos funcionarios estadounidense, después de ver el fracaso de la cumbre del G-7 en Canadá, y para evitar que Donald Trump arruinara también la reunión de la OTAN en Bruselas, convencieron a los aliados de la necesidad de pactar antes la declaración y, así, evitar una discusión que, dada la imprevisibilidad del presidente, podía volver a acabar mal.
La cumbre se celebró el 11 de julio y, en contra de lo que es habitual en estos casos, la declaración quedó cerrada el día 6, según información del The New York Times.
Trump, que se negó a firmar el comunicado del G-7, había amenazado veladamente a los aliados con dejar la Alianza si no aumentaban sus gastos de defensa. También había cuestionado el pilar fundamental de la Alianza, es decir, que el ataque contra un miembro es un ataque contra todos.
En tal tesitura, el consejero de Seguridad Nacional estadounidense, John Bolton, con el acuerdo de cinco altos funcionarios, mandó un documento a la OTAN con los temas que iban a ser tratados en una agenda cerrada para evitar alguna sorpresa que pudiese cometer el presidente estadounidense. Además, le presentaron tan sólo las líneas generales de lo que iba a tratarse en la cumbre.
El secretario de Estado, Mike Pompeo, y el secretario de Defensa, Jim Mattis, también estuvieron de acuerdo en evitar otra confrontación similar a la del G-7, según han confirmado funcionarios europeos.
La declaración pactada tiene como objetivo la incorporación de Macedonia a la alianza y un puesto de comando estadounidense en Norfolk (Virginia) para coordinar una respuesta militar más rápida en caso de conflicto con Rusia. El acuerdo, llamado Four 30s, consiste en que los aliados se van a armar, antes del 2020, con 30 batallones mecanizados, 30 escuadrones aéreos y 30 navíos de combate dispuestos a actuar en 30 días, o incluso menos, en caso de ataque.
El vicesecretario general adjunto de la OTAN, Jamie Shea, calificó al acuerdo como el “más sustancial” que la Alianza había tenido en años.
En esa misma línea, el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Garrett Marquis, aseguró que esta iniciativa “muestra la unidad de 29 naciones soberanas en una serie de difíciles desafíos de seguridad internacional”.
El nuevo acuerdo demuestra que los funcionarios de seguridad nacional están dispuestos a mantener el compromiso del país con la Alianza Atlántica ignorando los tuit o las declaraciones anti-OTAN de su presidente.