La aventura de vivir
Cualquier contratiempo que nos suceda tiene un responsable. Solamente hace falta encontrarlo. Y si esto no es posible, dar con el abogado que sepa manejar el asunto...
Si en la playa hay medusas, el causante será algún organismo que no ha hecho lo necesario para eliminarlas. Si un bañista ha infravalorado el tamaño de las olas y se ahoga, responsable el Ayuntamiento del municipio por no poner bandera roja.
Si un dominguero se pierde por un sendero de gran recorrido (GR), culpable alguna federación por no señalar mejor el itinerario. Si un caminante resbala por un camino peligroso en un desfiladero, se acusará a quien sea por no instalar una barandilla, o por no alertar con un rótulo del riesgo a sufrir un accidente. Si un rayo cae encima de un excursionista, culpable el hombre del tiempo por no precisar con exactitud el alcance de la tormenta.
Al nacer, los padres deberían firmar un documento en el que se les señalara que después de abandonar el plácido seno materno, el hijo queda a merced del cuidado de los padres hasta su mayoría de edad. Y a partir de ahí, la asunción de los actos del adulto es y será siempre responsabilidad de cada uno.
Y recordar que no existe ningún seguro que nos pueda cubrir en todo lo que hagamos, ni nadie que nos pueda proteger en todo momento y lugar.
La vida es aventura.
ENRIC MACIÀ
Sant Hilari Sacalm