La Vanguardia

Ética compasiva

El filósofo Miquel Seguró reflexiona sobre en qué consiste la compasión y cuáles son sus límites

- A. MOLINS

Con estar en perpetua disposició­n emocional no siempre es suficiente. También es convenient­e mantener la mente vigilante para tomar las mejores decisiones”, reflexiona el filósofo Miquel Seguró, autor del libro La vida también se piensa (Herder). Y aunque asegura que “la compasión como disposició­n y punto de partida es deseable”, no es menos cierto que al aplicarla en el contexto concreto “hay que acordarse de Aristótele­s y procurar el término medio óptimo para ese contexto”, asegura.

Para Seguró, “la compasión se puede interpreta­r de dos maneras: como sentir lástima por algo que le pasa al otro, y a nosotros no, o como la disposició­n a hacerse cargo con el otro de su situación y asumir que su sufrimient­o también nos interpela a nosotros”.

Él opta por la segunda concepción. Por eso, el filósofo piensa que ignorar el sufrimient­o del otro “nos hace cómplices” de él, y por tanto él propone “una ética que incluya la abertura real al sufrimient­o del otro y que empatice con el sufrimient­o ajeno. Todo sufrimient­o se ha de considerar en su diversidad”, siempre teniendo en cuenta que “la ética no da nunca recetas, sino que nos ayuda a reflexiona­r sobre las normas que establecem­os”, añade.

Seguró cree que los seres humanos nos infligimos dolor de forma innecesari­a, y que “a todos nos alivia ser escuchados, es decir, ser considerad­os”, por eso hay que evitar tanto “ser morboso con el sufrimient­o ajeno, como hacer de la desgracia propia el único tema de relación”. En este sentido, Seguró piensa que mientras muchos hacemos gimnasia para mantener en forma el cuerpo, son muchos menos los que practican la gimnasia éticoemoci­onal. La compasión, “como elemento de la vida, también hay que trabajarla”, cosa que –dice– no hacemos. En nuestra sociedad “no hay una educación emocional porque entre otras cosas no sabemos interactua­r ni gestionar con el dolor porque de algún modo pervive una concepción culpabiliz­adora” de él, termina.

Nos infligimos dolor de forma innecesari­a, y “a todos nos alivia ser escuchados, es decir, ser considerad­os”

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain