“Soy muy buen bailarín”
Basta darle un apretón de manos para comprobar que el carisma que suele irradiar en la pantalla también es evidente en su vida personal. Gracias a unos ojos azules penetrantes y una sonrisa ganadora, Dan Stevens logró arrebatarle el corazón a muchas durante su paso por
Downtowon Abbey, pero el británico, de 35 años, ha logrado romper con su imagen de seductor con una gran variedad de papeles, que incluyen un asesino en The guest, un mutante todopoderoso en la exitosa serie Legion y al príncipe encantado en
La bella y la bestia.
Adoptado por dos maestros que le llevaron a Gales y al sureste de Inglaterra, Stevens se educó en Cambridge y desde que se graduó no paró de trabajar. En Una relación abierta ,el filme de Brian Crano que se estrenó en Barcelona este fin de semana, encarna al prometido de Rebecca Hall, quien le propone probar con otras parejas antes de casarse para saber si de verdad están hechos el uno para el otro.
¿Qué es lo que le lleva a decirle que sí a un proyecto?
Lo más importante para mí es el guion y el argumento. Luego me fijo mucho en quién cuenta la historia y los otros integrantes de un elenco. Entonces me fijo si es algo que coincide con lo a mí me interesa en el momento en que me lo proponen. Muchas veces depende de qué es lo que estoy leyendo.
Con tantas películas y series en las que es el galán, ¿no le preocupa que le encasillen?
No tiene nada de malo que te consideren un hombre refinado con buenos modales. Aunque hablando en serio, no sé si soy exactamente así en la vida real. Si me encasillan, será el resultado de mis elecciones. Y creo que en los últimos cinco años he estado haciendo papeles tan diversos que no es algo que me preocupe demasiado.
¿Qué es lo más romántico que alguien ha hecho por usted?
Mi esposa me construyó una biblioteca, con sus manos, para poder poner mi enorme colección de libros. Ella es muy talentosa. Eso fue un gesto de amor.
¿Le siguen reconociendo los fans cuando le ven por la calle como Matthew de Downtown Abbey?
A veces. Yo me enorgullezco de que no me reconozcan tan fácilmente porque creo que puedo transformarme en muchos personajes. En esa serie aparecía como rubio platino. Habían estado grabando durante dos semanas y media antes de que me tocara trabajar a mí. Se dieron cuenta que casi todos los actores que habían contratado tenían el cabello castaño y me preguntaron si me molestaba teñirme el pelo para la serie. Por suerte, en lugar de buscar a otro actor, me pidieron que cambiara de color mi cabello. Yo dije que si sólo iba a ser una temporada, no había ningún problema. Pero luego me pasé tres años como rubio. Disfruté mucho siendo rubio...
¿Cuándo decidió ser actor? Vi un vídeo de Macbeth de la Royal Shakespeare Company, con Ian McKellen y Judy Dench. Era una versión que Trevor Nunn había dirigido en los setenta. Yo tendría 11 o 12 años y tenía una copia en VHS. No sé de dónde la saqué pero me fascinó. Siempre me gustó subir al escenario y hacer el idiota. Pero de repente se me ocurrió que eso era lo que quería hacer en mi vida.
¿Qué dijeron sus padres? Les pareció bien. Los dos son maestros. Mi madre pensaba que por las dudas tenía que es- tudiar para maestro, pero no le hice caso.
¿Cuándo se dio cuenta de que se había convertido en un profesional?
Es una buena pregunta. Creo que fue en La línea de la belleza,
que era una miniserie de la BBC que hice apenas terminé la universidad. Era un papel increíble y fue la primera vez que me tocó estar en el plató todos los días y aparecer en casi todas las escenas. En esa ocasión sentí que mi sueño de ser actor se había hecho realidad.
Estudió con Eddie Redmayne y Tom Hiddleston...
Es cierto. Ellos ya eran grandes estrellas cuando yo llegué a la universidad, porque además son un poco mayores que yo. Eddie estaba haciendo obras en Londres con Mark Rylance y ya todo el mundo decía que era un actor maravilloso.
¿Cómo es que terminó trabajando en una película de Nacho Vigalondo?
Vi Los cronocrímenes y me pareció estupenda. Es una de mis películas favoritas. Sentí que quería trabajar con ese director, sin importarme cuál fuera su próxima película. Me enteré que estaba haciendo Colossal con Anne Hathaway y Jason Sudekis, una película con monstruos muy bizarra que nadie podía definir, y no me la quise perder. Nacho es un tío muy loco, muy inteligente y muy arriesgado. Le adoro.
En Legion le toca bailar y también lo hizo en La bella y la bestia. ¿Es buen bailarín en la vida real?
Soy muy buen bailarín. Me encanta bailar especialmente si tengo una coreografía que luego me permita improvisar. Si voy a una boda, soy siempre el último que se queda bailando en la pista, pero en mi trabajo como actor prefiero tener un coreógrafo, porque me ayuda a contar una historia a través del movimiento.
¿Es cierto que en su época de estudiante hacía comedias en vivo?
Sí. Fui parte de The Footlights Comedy Club, que es de donde surgieron los integrantes de Monty Python, y también pasaron por allí Stephen Fry, Hugh Laurie y Emma Thompson. Es un club de comedia que fue creado por los estudiantes y son ellos los que lo regulan. Hice más que nada comedia en vivo, algunos sketches y obras humorísticas con mis amigos, aunque en realidad se trata de encontrarte con gente que piensa como tú para reírse los unos de los otros. Fue un gran entrenamiento, ya que tuve que escribir cinco minutos de comedia cada semana durante tres años. Es algo que te agiliza la mente.
El actor británico, de 35 años, está actualmente en las carteleras con la película ‘Una relación abierta’, de Brian Crano