El entrenador que se disputan las estrellas
Magnus Lygdback ha desarrollado su propio método que siguen, entre otros, Alicia Vikander y Michael Fassbender
Su nombre va a comenzar a sonar con fuerza. Es Magnus Lygdback y, aunque lleva mucho tiempo haciendo lo mismo (hasta el punto de haber desarrollado su propio método), se ha dado a conocer sobre todo por el trabajo que hizo con Alicia Vikander para afrontar su reciente papel en Tomb Raider. Puesto que la idea no era solo la de conseguir un cuerpo fibrado, sino que también tenía que trepar, saltar, correr y, en definitiva, disponer de una forma física casi de atleta de elite, Lygdback adaptó su programa a la estrella. ¿El resultado? Con el método Magnus, Vikander ha sorprendido a todos transformando en siete meses su aspecto de bailarina en el de una guerrera. Pesa siete kilos más. Todo músculo. Sin un gramo de grasa de más.
Si Vikander acudió a Magnus Lygdback no fue por casualidad. La lista vip del entrenador, que es también el embajador de la firma sueca Casall e incluso tiene su propia línea técnica, va mucho más allá. Michael Fassbender, el marido de Vikander, ha confiado en su método igual que Ben Affleck, Britney Spears, James McAvoy y Katy Perry, entre otros. Todos han probado la eficacia del HIIT (High Intensity Interval Training), que es “un entrenamiento rapidísimo y de lo más efectivo para mejorar la resistencia y quemar la grasa localizada”. No es siempre lo mismo. Puede ser una receta a base de natación, ciclismo y entrenamientos funcionales que se personaliza según cada caso. Con flexiones, dominadas y press de banca. Con ejercicios para moldear la espalda con pesas, remo en pie (con una barra) y kettlebells swings. Y con curls, mancuernas, barra y flexiones en banco para bíceps y tríceps. Pero se insiste, no siempre es lo mismo. Para entendernos, lo que funciona con Vikander no es lo mismo que lo que le sirvió a Britney Spears cuando fue fiel a las rutinas de Lygdback ....
Y claro, tampoco el ejercicio es lo único. Para que esto funcione “cada uno debe practicar lo que le motive y sobre todo reconducir su vida para que sea saludable sin obsesionarse con nada”. La alimentación (que casi siempre incluye huevos, pollo, pescado, arroz integral, café, jugos de verduras con frutas y excluye toda bebida alcohólica) es igual de importante en la fórmula que Lygdback desarrolló hace varios años tras una larga experiencia trabajando con atletas de alto rendimiento.
Así, buscando “en el balance entre comer bien y entrenar de modo adecuado, sin restringirse de nada”, construye una rutina personalizada que permite “afrontar el ejercicio igual que lo haría un profesional adoptando el ethos de un atleta”.
Así es como Lygdback “construye” cuerpos tonificados a medida según el personaje que cada actor deba afrontar. Pero, ¿y él? ¿de dónde sale? Pues es un sueco que descubrió su devoción por el deporte cuando, con solo tres años, acompañó a su padre al gimnasio. Habiendo practicado tenis, fútbol y hockey sobre hielo en un nivel alto (y baile latino como hobby), decidió certificarse como entrenador personal. Tras 18 años de profesión, vio que en Los Ángeles le necesitaban. “Me di cuenta de que nadie planificaba seriamente los entrenamientos de los artistas”, señala.