Duelo en Tánger
Se calcula que un 70% de los aficionados son barcelonistas frente a un 30% madridistas
La temporada 2019-20 arranca oficialmente en España con la disputa esta noche de la Supercopa entre el Sevilla y el Barça, un duelo que regresa a la modalidad de partido único y que se jugará por primera vez en el extranjero, en Tánger (Marruecos), y contará además con la novedad del uso del VAR para dirimir las dudas arbitrales, así como la posibilidad de realizar un cuarto cambio si el encuentro va a la prórroga.
Mohamed Ibn Batuta fue un viajero y explorador de la época de la dinastía meriní, nacido en Tánger en 1304 y fallecido en 1368. Es el más conocido de los grandes viajeros musulmanes, su periplo por el Oriente duró veinte años. En su viaje cubrió una distancia mayor que la de su contemporáneo Marco Polo. Hoy Ibn Batuta da nombre a la principal peña barcelonista de Tánger, la misma que se va a volcar en apoyo a los colores blaugranas esta noche en el estadio que lleva el nombre del viajero y explorador. Fundada en 1994 por un grupo de amigos marroquíes a los que unía su amor por el Barcelona, está compuesta por unos noventa socios, a los que hay que unir sus familiares y amigos. Tras algunos problemas administrativos, la peña aspira a relanzarse y alcanzar antes de final de año los doscientos adscritos.
Aunque el precio de las entradas es alto para la media marroquí, unos 400 dirhams (36 euros) la entrada más barata, “nuestros socios han roto la hucha de sus ahorros porque se trata de una oportunidad única de alentar a nuestros colores en nuestra propia casa”, comenta Badr Alami, tesorero de la organización.
La peña, que suele reunirse en la Casa España donde posee un local alquilado para ver los partidos del Barcelona por televisión, tiene a gala no sólo su pasión blaugrana, sino también la labor social que desarrolla, como su apoyo a asociaciones que buscan evitar el abandono escolar, un serio problema en Marruecos. Para ello, organizan torneos, aportan trofeos o camisetas y entre sus proyectos figura crear un complejo deportivo donde enseñar a los niños y jóvenes los valores del Barcelona.
Y es que la pasión por el fútbol en Tánger es muy superior a la que se siente en otras ciudades de Marruecos, con la excepción quizá de Casablanca. Se calcula que un 70% de los aficionados son barcelonistas frente a un 30% madridistas. Tánger ama el fútbol y el fútbol ama a esta ciudad donde ya se ha disputado en dos ocasiones la Supercopa de Francia.
Protectorado español a comienzos del siglo XX, el primer club de fútbol fue fundado por los residentes españoles, en su mayoría militares, que estaban destinados en Tánger allá por 1912. Nacía entonces el Alfonso XIII Fútbol Club, al que siguieron otros como
la Unión Tangerina o la Unión Deportiva Sevillana. El ejemplo cundió entre los naturales del país que en 1919 creaban el primer equipo completamente árabe de la ciudad, el FC Magreb, al que posteriormente se unirían el Al Hilal o el Widad.
El estatuto especial que convertiría en 1923 a Tánger en una ciudad abierta bajo la administración internacional hizo que proliferaran los clubs de fútbol franceses e ingleses, que se unieron a los españoles que ya existían. Tras la guerra civil española, Franco quiso premiar el apoyo que tuvo en todo el norte de África a su causa y permitió que un equipo tangerino jugara tres años en la segunda división del reanudado campeonato de liga.
Con la independencia de 1957 desaparecieron todos los equipos nacidos en la época colonial, tanto marroquíes como extranjeros. Únicamente se mantuvo el Widad que ha ido cambiando de nombre hasta desembocar en el Ittihad de Tánger, el equipo que juega habitualmente en el estadio Ibn Batuta y que el pasado mes de mayo se proclamó campeón de Marruecos por primera vez en su historia.
NOMENCLATURA MÍTICA
Ibn Batuta da nombre a la principal peña barcelonista de Tánger, que hoy se volcará