Erdogan avisa a Trump que buscará aliarse con China, Rusia y Ucrania
Las sanciones impuestas por Donald Trump a Turquía pueden acabar de romper unas relaciones ya muy deterioradas entre Estados Unidos y uno de sus principales aliados en Oriente Medio. La decisión de la Casa Blanca de doblar los aranceles al acero y subir un 20% los del aluminio, además de suponer un duro golpe para la economía turca, puede echar al presidente Recep Tayyip Erdogan en los brazos de Rusia.
Erdogan ya ha dado avisos claros en este sentido. Lo hizo el viernes en una carta abierta en el New York Times. “Antes de que sea demasiado tarde, Washington debe abandonar la concepción errónea de que nuestra relación es asimétrica y tener presente que Turquía tiene alternativas (económicas)”, escribía Erdogan. “Si no cambia esta actitud unilateral e irrespetuosa, nos obligará a buscar nuevos socios y aliados”.
Y ayer, en un mitin de su partido en la ciudad de Rize, junto al mar Negro, fue más allá y recalcó que Turquía se estaba preparando para dirigir su comercio bilateral a China, Rusia y Ucrania.
Erdogan insistió que la economía turca no está en crisis y que la fuerte bajada de la lira turca –el viernes se desplomó un 18% respecto al dólar– no era más que “un misil” lanzado en la guerra económica contra Turquía.
La última gota que ha desbordado una relaciones ya tensas fue que el gobierno turco tiene detenido a un pastor estadounidense, Andrew Brunson, acusado de espionaje, y se niega a liberarlo.
Las potenciales implicaciones de esta pulso, sin embargo, ya están poniendo nerviosos a algunos miembros de la Administración estadounidense. Erdogan también advirtió que las acciones unilaterales de Trump perjudicarían a los intereses de seguridad norteamericanos. No hay que olvidar que Estados Unidos tiene una base militar en Inçirlik, que es un punto logístico clave en la lucha contra el terrorismo islámico.
Sin embargo, otros consideran que la importancia estrategia turca se ha reducido y que no castigar el comportamiento bravucón de Erdogan no haría sino engrandecer aún más su ya excesivo poder. Aaron Stein, experto norteamericano en temas de Oriente Medio, señala que Erdogan puede haber sobreestimado la importancia que tiene a los ojos de Trump. “La base de Inçirilik es importante, pero no tanto como cree la propia Turquía. Si cierran la base, el tiro le puede salir por la culata a Ankara, porque otros países de la OTAN que también operan en la región pueden sentirse perjudicados”.