Maduro pide al FBI que aclare si el atentado se dirigió desde Florida
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ofreció ayer la posibilidad de que agentes estadounidenses del FBI viajen a investigar el atentado que sufrió el sábado 4 de agosto cuando explotaron dos drones en un acto público que encabezaba y del que salió ileso.
En una emisión, que están obligadas a transmitir la radios y televisiones del país, Maduro pidió al fiscal general, Tarek Saab, que coordine esta posibilidad con la embajada de Estados Unidos: “Yo estaría de acuerdo que vengan y ayuden para desmembrar las células terroristas que están en Florida”, dijo.
Maduro señaló que esta semana el fiscal ya mantuvo reuniones con el encargado de negocios de Estados Unidos en Caracas, James Story, para la solicitud de extradición de sospechosos del atentado, que supuestamente viven en Florida. El presidente venezolano dijo apelar a la “buena fe” de su homólogo estadounidense, Donald Trump, “más allá de las diferencias que tenemos y que seguirán existiendo”. “No creo que el presidente Trump proteja y ampare asesinos”, dijo.
Las investigaciones del atentado, según Maduro, determinan que “es desde la Florida donde se activa la explosión del dron que explota frente de la tribuna presidencial y que hiere a siete guardias nacionales”. Maduro también pidió la colaboración de Perú, país al que han huido, según sus investigaciones, parte de los responsables. El presidente continúa situando como instigador de todo al exmandatario colombiano Jose Manuel Santos. Y calificó de “deplorable” la actitud de la Unión Europea, que en un comunicado pidió una investigación “exhaustiva y transparente de los hechos”.
Ayer el diputado opositor Juan Requesens, que fue detenido el martes y acusado del atentado, pudo hablar por primera vez por teléfono con su familia. Este fin de semana las autoridades venezolanas filtraron unas imágenes humillantes de Requesens, en las que se le veía en ropa interior manchada. También difundieron un vídeo donde Requesens reconoce ante la cámara que ayudó a entrar en el país a uno de los organizadores del ataque.
Miembros de la oposición dijeron que el diputado había sido torturado y drogado para hacer estas declaraciones, razón por la que tampoco había podido contener sus esfínteres.
De momento, Estados Unidos no ha reaccionado al ofrecimiento de Maduro. El Departamento de Estado se limitó ayer a calificar de ilegal la detención de Requesens y defendió que esa acción es sólo “el último ejemplo de una larga letanía de abusos a los derechos humanos.”