Entre felinos
Pedro Sánchez enseña a la canciller alemana un centro de recuperación del lince ibérico
La visita informal que la canciller alemana, Angela Merkel, ha llevado a cabo este fin de semana en Doñana tenía ayer como actividad más llamativa acudir al centro de recuperación del lince ibérico en cautividad de El Acebuche (Huelva), la joya de la corona que sintetiza el esfuerzo, el trabajo y la dedicación de cientos de biólogos, investigadores y profesionales que han logrado salvar a este felino del peligro crítico de extinción definitiva en el que se encontraba a finales del siglo pasado. Para los andaluces de cualquier ideología, la recuperación del lince es un orgullo, pese a que los peligros todavía están presentes, sobre todo en forma de atropellos, y la situación oficial del lince ya no es crítica.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, sacó pecho ante Merkel y su marido, Joachim Sauer, en las instalaciones de El Acebuche, muy cercanas a la localidad turística de Matalascañas, que se encuentran en funcionamiento desde 1992. En su cuenta de Twitter, Sánchez celebró que tras el final de la temporada de cría han nacido otros once nuevos cachorros.
En el año 2005 se consiguió la primera reproducción en cautividad de este animal, con el alumbramiento de Brezo, Brecina y Brisa, lo que fue celebrado como un acontecimiento mundial. A este centro onubense se sumaron posteriormente los de Zarza de Granadilla (Cáceres), La Olivilla (Jaén), el Zoobotánico de Jerez (Cádiz) y Silves (Portugal). Un total de 485 cachorros de lince han nacido en ellos, de los que 215 han sido devueltos a la naturaleza en amplias zonas de Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha y Portugal.
Merkel, Sánchez y sus acompañantes observaron primero a través de cámaras la actividad de los linces, a los que en las últimas horas se han sumado ocho procedentes del centro portugués de Silves, en el Algarve, que han debido ser evacuados a consecuencia de un incendio. En junio del año pasado el avance descontrolado de las llamas en el parque natural de Doñana amenazó las instalaciones de El Acebuche, que durante unas horas corrieron un extraordinario peligro, aunque finalmente se logró controlar un incendio que amenazó con arruinar para siempre el trabajo de décadas. Pese a todo, una hembra reproductora falleció a consecuencia del estrés.
El director del centro y coordinador del programa de conservación del lince, Francisco Villaespesa, acompañó después a Sánchez y Merkel en un recorrido por el centro en el que los mandatarios pudieron observar a los animales a un par de metros de distancia.
Una posibilidad impensable hasta ahora, ya que estaban estrictamente prohibidas las visitas a personal no autorizado por el temor a que cualquier contagio con un humano pudiera desencadenar una hecatombe entre estos felinos.
El presidente del Gobierno celebró en Twitter los once nuevos cachorros nacidos en el Acebuche