Un ‘Watchmen’ nunca visto
El dibujante Dave Gibbons habla de la adaptación que prepara HBO
Eran los ochenta cuando el escritor Alan Moore y el dibujante Dave Gibbons exploraron la idea de los superhéroes en un mundo realista. El texto de Watchmen se inspiraba en la guerra fría que vivían y la certeza de que el mundo podía desaparecer en cualquier momento si EE.UU. y la URSS optaban por la destrucción mutua en plena carrera armamentística. El proyecto tuvo tal aceptación entre la crítica por su lectura del presente, la deconstrucción del superhéroe y su visión nihilista de los hombres enmascarados, que tiene sentido que HBO, ahora que quiere adentrarse en el mundo del cómic, haya optado por este título. De momento, han pedido un episodio piloto protagonizado por Jeremy Irons y donde el maestro de ceremonias, el showrunner, será Damon Lindelof (The leftovers).
HBO se hizo famoso entre los amantes de las series al aprovechar su naturaleza prémium, sin anunciantes de por medio, para salirse de la norma con series como Oz y Los Soprano, donde Tom Fontana y David Chase respectivamente podían introducir sexo y violencia en la medida que lo creyeran oportuno para avanzar la narración. En Watchmen sus autores se encontraron con una libertad creativa similar como explicó a La Vanguardia el dibujante Dave Gibbons durante el festival Metrópoli celebrado en Gijón: “Era nuestro proyecto para divertirnos. La editorial DC Comics parecía haberse olvidado de nosotros. Podíamos hacer lo que queríamos. Teníamos desnudos frontales y a nadie le importó”. ¿El resultado? Una obra oscura que empezaba con el asesinato de un superhéroe retirado y la investigación de Rorschach, que se negaba a abandonar la profesión a pesar de una ley aprobada en 1977 que les impedía actuar. Sospechaba que alguien intentaba liquidar los miembros de la vieja guardia que habían patrullado las calles en los sesenta, incluyendo el doctor Manhattan, un superhombre y principal arma del ejército estadounidense.
“En su momento vimos las reacciones de personas a las que respetábamos y podíamos imaginar que los siguientes números tendrían un mínimo de éxito, pero pensábamos que al cabo de un tiempo Watchmen desaparecería”, dijo sobre el momento de creación junto con Moore. Sin embargo, la obra perduraría: Time nombró Watchmen como una de las 100 mejores novelas de todos los tiempos (el único cómic que se colaba en la lista) y a día de hoy no hay librería que se precie sin las doce grapas publicadas entre 1986 y 1987. ¿Y qué relación mantiene con el guionista Damon Lindelof? “He hablado con Damon y me ha expuesto sus planes, pero no estoy interesado en implicarme en el diseño. Prefiero que tenga una visión totalmente fresca porque ya hice suficiente con el cómic. Esto es como cuando hicieron la película (Zack Snyder, 2009), que me preguntaban si había hecho diseños para la película y respondía que sí, que había dibujado 300 páginas”.
La asociación entre Lindelof y
Watchmen, además, también tiene coherencia. El guionista se hizo famoso en el 2004 como cocreador y showrunner de Perdidos donde ya jugaba con el pasado, el presente y el foco en los personajes, pero subiría el listón con The Leftovers, emitida en HBO, donde el existencialismo se respiraba en cada escena de ese mundo desesperanzado desde la desaparición injustificada del 2% de la población. En este sentido, parece el hombre ideal para esta aventura televisiva teniendo en cuenta que uno de los fuertes de Watchmen reside en sus distintas líneas de narración, los saltos temporales y su visión desasosegante de la guerra fría. “Estoy muy emocionado con lo que he visto. Es más que una adaptación o una precuela o una secuela, en el sentido que hay cierta distancia entre la serie que prepara y el Watchmen que dibujé. Lo que está haciendo Damon es muy novedoso y prefiero no decir nada al respecto para que el impacto sea mayor entre los espectadores. Nunca había imaginado que se podía adaptar de esa forma”, adelantó el londinense desde convención de Gijón donde era el dibujante estrella.
HBO espera que Watchmen, considerado una especie de Ciudadano Kane del cómic, pueda ser el relevo natural de Juego de tronos. El texto de G.R.R. Martin era perfecto en la medida que conciliaba la fantasía con el drama adulto en el que se había especializado el canal estadounidense, con la lucha de poder, y
Watchmen lo es en la medida que convierte los superhéroes en un embrollo de masculinidad tóxica, complejo de Dios, peones de la geopolítica y una amenaza enmascarada en la que quizá la humanidad no hace bien en depositar todas sus esperanzas.
“Hay distancia entre la serie que prepara Damon Lindelof y el ‘Watchmen’ que dibujé”