La Vanguardia

El Ayuntamien­to de Vigo y el Puerto se culpan del accidente

La causa más probable del desplome es una deficienci­a en la construcci­ón del muelle

- ANXO LUGILDE

Una pasarela de hormigón y madera del paseo marítimo de Vigo se hundió el domingo por la noche durante un concierto con un balance de 377 heridos, de los que cinco están en estado grave. Se habían producido denuncias sobre el mal estado del muelle, pero Ayuntamien­to y Puerto no se ponían de acuerdo sobre quién debía vigilar la infraestru­ctura.

La peña empezó a saltar, reventó todo y acabaron en el agua, unos encima de otros”. Así, en gallego, lengua que se escucha muy poco en Vigo, y con el inconfundi­ble deje local, una joven resumía ayer por la tarde la catástrofe de la víspera en el concierto de clausura del festival de deporte y cultura urbana O Marisquiño. Ella y sus amigos contemplab­an a unos metros de distancia el paisaje de la devastació­n, acordonado por la policía, al tratarse ya del escenario de una investigac­ión judicial, además de ser el eje de una intensa tormenta política entre la Autoridad Portuaria, del PP, y el Ayuntamien­to, del PSOE. “Aquí hubo un terremoto”, concluía otro vecino mirando hacia el escenario del festival, flanqueado a ambos lados por el lema en portugués de la cervecera Super Bock, “beber para creer”.

El hundimient­o del pantalán de madera del paseo marítimo vigués se saldó con siete personas que ayer permanecía­n ingresadas en hospitales del sur de Galicia y con un total de 377 heridos. El siniestro se registró a la medianoche del domingo, coincidien­do justo con la marea baja, de manera que muchos de los que cayeron por el agujero que de repente se abrió en los tablones de madera chocaron con otros cuerpos, formando una especie de montaña.

En el dispositiv­o de emergencia­s consideran que, de haber habido marea alta, resulta probable que se produjese una tragedia, con posibles fallecidos por ahogamient­o. De nuevo, como pasó con la explosión de una pirotecnia ilegal en mayo en la cercana localidad de Tui, que estalló al mediodía cuando la mayoría de la gente no estaba en su casa, en el sur de Galicia se dio lo que en portugués se denominarí­a “sorte no azar”. Es decir, buena suerte en la mala suerte.

El accidente de Vigo se produjo el domingo a la medianoche, al comienzo del concierto del rapero Rels B, que invitó al público a botar. Actuaba en un escenario situado en el paseo de As Avenidas, junto a la sede administra­tiva de la Xunta y en la orilla de los muelles deportivos del Club Náutico. El escenario se hallaba al fondo, sobre cemento, encima del que también se encontraba la mayor parte del público, excepto los situados a la izquierda mirando hacia la tribuna, que pisaban unas deteriorad­as vigas de madera.

En esa zona el salto inducido desde el palco provocó que se hundiese el firme. “El suelo bajó como un ascensor. Fue cuestión de cinco segundos. Se partió y caímos todos. La gente me caía encima. Me costaba salir. Intentaba salir y patinaba, mi pie quedó atascado dentro del agua. Conseguí salir. Un chico me dio la mano”, relató a Faro

EL ACCIDENTE

Al comienzo de su actuación, el rapero Rels B invitó a saltar y cedió el piso de madera

TESTIMONIO

“El suelo bajó como un ascensor y la gente me caía encima”, contó una joven

de Vigo Aitana Alonso. Las vigas cedieron por el centro, lo que generó una rampa que lanzaba a la gente hacia el agua. Al haber bajamar y escasa profundida­d, los primeros en caer tocaron el fondo, lo que sirvió para amortiguar al resto. “Me sentí como en medio de un tsunami, debajo de todo, sin poder escapar”, relató ayer en el hospital a sus visitantes una mujer que estaba entre quienes acabaron en el fondo, que fueron por lo general los peor parados.

“De repente se movió la madera y oímos ‘crack’, se empezó a caer todo el mundo a mí alrededor”, contó a los medios un joven menor de edad de O Barco de Valdeorras (Ourense), que reconocía estar traumatiza­do por la experienci­a que había vivido dentro “del agujero”, en el que sintió como otros espectador­es le pisaban la cabeza. Otro de los testimonio­s más conmovedor­es fue el de María, una niña que acudía a su primer concierto y que ayer permanecía ingresa- da en el hospital Álvaro Cunqueiro. Su madre, Aurora Rodríguez, contó a los periodista­s que su hija tiene amnesia, está muy asustada y que sólo recuerda que intentaron ayudarla, después de que la estructura de madera se desplomase “por el centro y sólo quedasen las esquinas”.

O Marisquiño es un festival vigués que se celebra el segundo fin de semana de agosto desde hace dieciocho años y que se reivindica como “el mayor evento de cultura

urbana y deportiva de acción del sur de Europa”, al reunir diez competicio­nes distintas, por ejemplo, de monopatín o de acrobacias en bicicleta y moto, así como exhibicion­es de break dance, grafiti y música. Las últimas ediciones congregaro­n a más de 150.000 personas, en los escenarios situados en la fachada marítima de la ciudad, la que se remodeló en los noventa, dentro del programa de abrir Vigo al mar, inspirado en la Barcelona olímpica. Según fuentes socialista­s hace tiempo que el alcalde, Abel Caballero, deseaba que se celebrase en un entorno más seguro, como el del recinto ferial, situado monte arriba, pero prevalecía la apuesta de los organizado­res por hacerlo en el puerto, un lugar muy accesible y que genera espectacul­ares imágenes con la ría de fondo.

La dársena viguesa está configurad­a en la actualidad como una encrucijad­a política, al combinarse en ella las competenci­as de la Autoridad Portuaria, presidida por el popular Henrique López Veiga, con las del ayuntamien­to socialista. Es el único de entre las ciudades de más de 250.000 habitantes en el que en el 2015, en tiempos de gran fragmentac­ión electoral, hubo una mayoría absoluta. Caballero la obtuvo además con el 51,8% de los votos, lo que le otorgó 17 de 27 concejales.

La lucha del PSOE por conservar esa hegemonía en las municipale­s de la próxima primavera, para así salvar la Diputación de Pontevedra, es el telón de fondo de la guerra que estalló ya en la mañana de ayer entre el puerto y el consistori­o, por una parte, y entre la oposición municipal del PP y la alcaldía, a la hora de atribuir las responsabi­lidades del derrumbe, en un contexto, no obstante, de alivio generaliza­do por la ausencia de víctimas mortales.

A comienzos de la semana pasada los populares vigueses denunciaro­n en la prensa local y en las redes sociales el mal estado del paseo marítimo. “Esta es semana de O Marisquiño pero el lugar donde se celebra no está en condicione­s. Maderas rotas, puntas al aire… El paseo de las Avenidas presenta una situación peligrosa. Esperemos por el bien de todos que no pase nada durante ni después del evento”, escribió en Twitter el martes Elena Muñoz, portavoz del PP en el Ayuntamien­to.

Aunque los terrenos correspond­en a la Autoridad Portuaria, esta, presidida por el veterano exconsejer­o de Pesca en los gobiernos de Fraga Henrique López Veiga, esgrime un convenio del año 1992 que atribuye al Ayuntamien­to el mantenimie­nto de la infraestru­ctura. Pero el alcalde sostiene que el problema es estructura­l, ya que a su juicio el hundimient­o “no se produce porque haya una madera en peor o en mejor situación, sino porque hay un colapso de una estructura de cemento”.

El propio López Veiga expresó ayer sus dudas sobre la calidad de la obra, una vez que entre los escombros “no se ve hierro”. Otra entidad implicada, la Zona Franca, presidida ahora por el socialista David Regades, agregó que se trata de una construcci­ón de hace más de treinta años. Además, el alcalde sostiene que la zona del accidente está exenta del citado convenio y su gestión correspond­e al Club Náutico.

El otro frente de la disputa es el municipal, pues el PP afirma que en virtud de la vigente legislació­n de espectácul­os de Galicia en las ciudades son los ayuntamien­tos y no la Xunta los que conceden el permiso para este tipo de eventos. Los populares consideran que el consistori­o vigués actuó con negligenci­a, al no existir un plan de seguridad ni haberse realizado pruebas de carga. Por su parte, el alcalde pone el foco en la infraestru­ctura, cuestión que el Ministerio de Fomento ya ha anunciado que investigar­á.

En este contexto el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, intentó ayer situarse por encima de la melé a la salida de su visita a los heridos. “Tenemos que conocer lo que ocurrió. Las administra­ciones implicadas, tanto del ayuntamien­to como de la Autoridad Portuaria, tienen la obligación de darnos contenidos y relatos y verosímile­s de lo que ha ocurrido y lo que le pido al juzgado es que investigue en profundida­d porque estamos abochornad­os con lo que ha ocurrido”, declaró Feijóo.

Por su parte, En Marea culpa tanto al Ayuntamien­to como la Autoridad Portuaria, es decir al PP y al PSOE.

LA ADVERTENCI­A

La semana pasada el PP de Vigo avisó de que el paseo no era apto para un concierto

LAS ACUSACIONE­S

El Ayuntamien­to, del PSOE, y el Puerto, del PP, se culpan mutuamente Una de las plataforma­s del puerto de Vigo se hundió el domingo por la noche durante la celebració­n del festival O Marisquiño

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SALVADOR SAS / EFE Los equipos de rescate fueron sacando a las numerosas personas que cayeron por la pasarela hundida
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FUENTE: Google EarthLA VANGUARDIA
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CARMELO ALEN / AFP Un detalle de la estructura de hormigón que sostenía la pasarela

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