La Vanguardia

“Te replanteas la vida, ser mosso...”

- Mayka Navarro

Por unos momentos pensó que si tenía que pasarle algo malo a alguien, mejor que fuera a él, porque física y psicológic­amente era el mejor preparado de todos.

Francesc es mosso d’esquadra desde hace 21 años. Más de la mitad de su carrera profesiona­l la ha hecho en la comisaría general de Informació­n en las Terres de l’Ebre. Una década trabajando discreta y apasionada­mente en investigac­iones vinculadas con el yihadismo. El 17 de agosto del año pasado era uno de los policías que buscaban entre las ruinas de la casa de Alcanar indicios de las causas de la primera explosión. Faltaban pocos minutos para las cinco de la tarde. Llevaba desde primera hora de la mañana y le tocaba ser relevado a las dos, pero decidió quedarse con sus compañeros.

Recuerda milimétric­amente la escena. Lo que hizo los instantes anteriores y todo lo que vino después. Una excavadora trabajaba cerca, mientras unos bomberos refrescaba­n la zona. De repente, un compañero le advirtió que había unos papeles entre los escombros. Se acercó, se inclinó al suelo para recoger un pasaporte y empezó una pesadilla de la que a día de hoy aún no se ha liberado.

“Sentí un rugido ensordeced­or, como si una bestia me abrazara fuertement­e por todo el cuerpo.” Salió despedido. Logró cubrirse la cabeza ante la inminente lluvia de cascotes y durante unos segundos creyó que no lograría salir vivo. Había estado todo el día trabajando en un escenario en el que el trozo de cadáver más grande que localizaro­n tenía el tamaño de un dedo. Cuando fue consciente de que no había muerto, se reincorpor­ó y salió corriendo de allí.

Se reencontró con sus compañeros, se sentó apoyado sobre un muro y durante unos segundos le invadió una sensación de paz y bienestar difícil de explicar, pero sólo alterada por la necesidad de despedirse de sus hijos. “Noté que dejaba de respirar”. Perdió el conocimien­to y permaneció ingresado en la UCI en estado crítico.

No fue hasta varias semanas después, cuando descubrió que su hijo de once años se despertaba pensando que su padre estaba en peligro, que entendió que aquella segunda explosión de Alcanar, además de dejarle sin bazo, obligarle a llevar una docena de muelles en las venas, con menos capacidad auditiva y un dedo a la virulé, le rompió por dentro y le convirtió en otra persona completame­nte diferente dea la que era.

De la mano de su hijo, acudieron los dos al psicólogo, él más tarde empezó con el psiquiatra. De momento no ha vuelto a la comisaría. Tampoco tiene claro si volverá a trabajar de policía. Se ha vuelto mucho más introverti­do, huidizo, y donde mejor se siente es con sus hijos y perdido entre las montañas y el mar.

“No consigo sacarme esa sensación de culpabilid­ad. Ese dolor al imaginar que pude haber dejado a mis hijos solos”. En este año, le ha tocado hablar mucho con el mayor, la pequeña ni era ni es tan consciente de las cosas. “He llorado muchísimo abrazado a mi hijo, y he podido sentir su dolor”. Le tocó hacerles entender que el daño que le habían hecho a su padre no tenía nada que ver con los musulmanes, pero costó arrancarle­s la rabia. Todo este dolor ha servido para unirles mucho más a los tres.

Habla muy bajito, casi susurra, y se rompe varias veces al recordar. Ha sobrevivid­o al desastre de los atentados terrorista­s aislado. Por necesidad, ni lee ni escucha lo que se dice sobre la actuación en Alcanar. “Cualquier policía hubiera hecho lo mismo”, zanja.

Durante un año,

este mosso ha sido una víctima invisible del que

casi todo el mundo se olvidó

 ?? XAVI JURIO ?? Francesc frente a una playa de las Terres de l’Ebre, ayer
XAVI JURIO Francesc frente a una playa de las Terres de l’Ebre, ayer
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain