La eurozona resiste a la guerra comercial y crece más de lo previsto
El PIB subió un 0,4% el segundo trimestre, pero la industria produjo un 0,7% menos
Los vientos enrarecidos por la guerra comercial global desatada por Estados Unidos, que soplan con fuerza, no están despeinando a la eurozona. Al menos, por ahora. El PIB de los 19 países que comparten la moneda comunitaria creció en el segundo trimestre un 0,4% respecto al primero, según la estimación con ajuste estacional publicada ayer por Eurostat, con lo que se superan ligeramente las expectativas, que estaban en el 0,3%. Así, el crecimiento interanual se sitúa en el 2,2%, también una décima por encima de las anteriores previsiones. El aumento es idéntico al de los 28 estados de la Unión en conjunto. En cualquier caso, se trata de un incremento discreto, el mismo que el de los tres primeros meses del año e inferior al los dos precedentes, que fueron del 0,7%, con lo que se confirma que la economía europea se está desacelerando. El crecimiento también es menor que el estadounidense, que alcanzó el 1% entre abril y junio respecto al del primer trimestre y el 2,8% en tasa interanual.
De los datos publicados por la oficina estadística comunitaria se podría deducir que la situación de la economía de la eurozona es mejor de lo que se esperaba a comienzos de año. Queda por ver si las tensiones internacionales –como la crisis turca, en plena efervescencia– retrasan el impacto a los próximos meses. Estos resultados inesperadamente positivos se deben en gran medida al empuje de Alemania, que mantiene un sólido crecimiento (del 0,5% en el segundo trimestre respecto al primero, que se cerró con un 0,4%, y de un 1,9% con relación al mismo periodo del 2017). El alza prevista para la primera economía europea era del 0,3%. El consumo privado y público y las inversiones han sido los motores. En cambio, las exportaciones se han comportado peor de lo esperado. La economía alemana ha crecido en 34 de los últimos 37 trimestres. Por el contrario, Francia e Italia, segunda y tercera potencias del euro, siguen adormecidas, ambas con alzas intertrimestrales prácticamente planas, del 0,2%, e interanuales del 1,7% y el 1,1%, respectivamente, muy por debajo de la media.
España, la cuarta economía de la eurozona, se mantiene en el grupo de cabeza, con un aumento del PIB entre abril y junio del 0,6% respecto del logrado entre enero y marzo. Este incremento es una décima menor que el del primer trimestre y un 2,7% superior que el registrado un año antes, que fue el mayor de los cuatro grandes países del euro.
En el conjunto de la UE, los crecimientos más fuertes en el segundo trimestre se dieron fundamentalmente en los países del este y el norte: Rumanía (1,4%), Eslovaquia (1%), Suecia (1%), Polonia (0,9%), Hungría (0,9%), Lituania (0,9%), Bulgaria (0,8%), Letonia (0,8%). En el sur, Chipre creció un 0,8%.
En plena incertidumbre sobre el futuro del Brexit, las cifras de crecimiento del Reino Unido no son para tirar cohetes. El PIB se incrementó entre abril y junio un 0,4% respecto al trimestre anterior y un 1,3% en comparación con el mismo periodo del 2017.
Esta evolución discreta pero positiva del PIB europeo en el segundo trimestre contrasta con la producción industrial del pasado junio, que fue un 0,7% inferior a la registrada en mayo en la eurozona y un 0,4% menor en el conjunto de la Unión, según los datos publicados también ayer por Eurostat. Son valores significativamente inferiores a los del mes anterior, que se cerró con alzas del 1,4% y del 1,3%, respectivamente. La variación interanual es, sin embargo, mejor, del 2,5% en los estados del euro y del 2,8% en el conjunto de la UE. En mayo, el incremento interanual fue del 2,6% después de que se revisara al alza la previsión del 2,4%.
La caída de la producción industrial en la zona euro se debió principalmente al descenso del 2,9% de la de bienes de capital, como maquinaria, que podría indicar que las empresas se están preparando para una ralentización más clara del crecimiento en la segunda mitad del año. La producción de bienes de consumo e intermedios también descendió, entre un 0,4% y un 0,6%, mientras que la de energía aumentó un 0,5%. En comparación con la de un año antes, la producción industrial global creció un 2,5%.
La fortaleza de Alemania, que ha crecido en 34 de los últimos 37 trimestres, empuja a la UE