El agujero está en Castella
El nuevo plan deja fuera uno de los rincones del Raval cuyos ruidos y suciedad más quejas vecinales están suscitando este duro verano
Alas doce de la noche la plaza Castella se desparrama por los cuatro costados. Docenas de personas se acomodan en los grandes parterres del lugar. Skaters, turistas, grafiteros, indigentes, perturbados, universitarios, incluso gente de la ciudad que sólo quiere tomarse una cerveza barata al fresco… Son más que los clientes de las terrazas. Algunos cantan, otros bailan, todos charlan.
Entre tanto los vecinos graban vídeos desde sus ventanas y los cuelgan en las redes sociales acompañados de airados mensajes de denuncia. No pueden hacer otra cosa. El eco viaja hasta sus hogares, les despierta, entierra el volumen de sus televisores, los pone a todos de muy mala uva. Porque el ruido siempre desquicia. “¿Os acordáis de la peli Un día de furia? Pues os digo yo que cualquier día salgo en las noticias”. Son las palabras que acompañan al último vídeo colgado en la cuenta de Twitter ¡Resiste plaça!
Y es que la operación manguerazo contra el ruido, la suciedad y el incivismo no incluye el rincón de Barcelona que más quejas está suscitando este verano. Un paseo revela cómo los esfuerzos de los agentes de la Guardia Urbana para pacificar el espacio público son aquí vanos. La falta de coordinación convierte el trabajo de los policías en un juego, el del gato y el ratón.
La plaza Castella siempre fue un rincón muy bullicioso, un colorido