Ana Botín se lanza al ‘activismo’ feminista
La banquera Ana Botín defiende el activismo público para luchar por la igualdad
El pasado mayo, en una de sus contadas entrevistas, la poderosa presidenta del Banco Santander, Ana Botín, sorprendió con un gesto poco habitual en el mundo de la empresa y las finanzas declarándose abiertamente feminista. “Si me hubiera hecho usted esta pregunta hace diez años –aseguró a la periodista de la Ser, Pepa Bueno–, le hubiera dicho que no, y hoy le digo que sí”. Botín colgó el domingo un largo texto en su perfil de la red social para profesionales Linkedin donde desgrana las razones por las que ha cambiado su perspectiva en los últimos años y la han impulsado a dar el paso de asumir “la etiqueta pública de ´feminista’”. “En este tiempo no he pasado por ningún proceso de conversión”, señala.
El texto se titula Por qué me considero feminista y tú también deberías y está ilustrado con una imagen que hace referencia al movimiento #Metoo –surgido a raíz de las denuncias por abusos sexuales contra el productor de Hollywood Harvey Weinstein–. Y cita precisamente dicho movimiento para hablar de la capacidad de la tecnología digital, de las redes sociales como catalizadores del cambio, al tiempo que hace referencia al “poder del activismo público”.
“Llevo muchos años como ejecutiva. Años en los que he visto suficiente como para saber que, en general, las mujeres no reciben un trato justo. Con frecuencia he escuchado al feminismo equipararse con el establecimiento de cuotas, algo que instintivamente a mí no me parecía la respuesta adecuada”. En la mencionada entrevista apostó por la discriminación positiva de las mujeres y aseguró que se estaba aplicando en el proceso de elección de puestos directivos del Banco Santander –el objetivo para el 2025, explicó, es que el 30% de estos cargos estén ocupados por mujeres–.
La presidenta del Santander recuerda también que desde hace tiempo ha defendido la necesidad de formar equipos más paritarios y de impulsar las políticas de conciliación de la vida laboral y personal. Además apunta que hace una década ya había estudios que demostraban que “tener una proporción más alta de mujeres en puestos directivos, además de ser justo, es bueno para el negocio”. “Ya sabía entonces que, aunque las mujeres sí necesitamos aprender a defendernos mejor, y ser más asertivas, estos esfuerzos individuales no serían suficientes para lograr el cambio que necesitamos”.
¿Qué ha cambiado para no considerarse hasta ahora feminista en público?, insiste Botín. “Hoy soy consciente de que decir las cosas públicamente, de forma solidaria con otras mujeres, tiene el poder de cambiar. Soy consciente de estar en una posición privilegiada para hacerlo. Así que, cuando hablo, no lo hago sólo por mí misma. Lo hago, junto con la gran mayoría de los hombres que nos apoyan, por todas las mujeres. Por eso mi feminismo es ahora público. Y quizá el tuyo también debería serlo”.
“Los esfuerzos individuales no son suficientes para lograr el cambio que necesitamos”