Un juez ordena el registro de todas las residencias de Cristina Fernández
La exmandataria está acusada de sustraer al erario público 175 millones de euros
Nunca un registro policial fue tan inútil, como mediático y simbólico. Los anunciados registros judiciales de los domicilios de Cristina Fernández de Kirchner están finalmente previstos para hoy, una vez que, como también se preveía, el Senado haya autorizado esta madrugada (hora española) el ingreso a las tres residencias de la expresidenta y senadora argentina. Tras una multitudinaria movilización, la cámara alta cambió de actitud y, además, la propia Fernández pidió a los legisladores que aprobaran la solicitud, aunque con condiciones.
Después de dos sesiones frustradas en las últimas dos semanas –la segunda, por una calculada falta de quórum– el Senado pudo iniciar ayer, con la presencia de la líder kirchnerista, un esperado pleno para debatir la petición del juez Claudio Bonadio de registrar el piso que Fernández tiene en el barrio de Recoleta de Buenos Aires, así como sus casas de Río Gallegos y El Calafate, en la provincia patagónica de Santa Cruz.
Como senadora, Fernández goza de inmunidad parlamentaria, por lo que cualquier actuación judicial debe contar con el aval de la mayoría de la cámara alta. Bonadio acusa a la exmandataria de dirigir una asociación ilícita para sustraer al erario público unos 175 millones de euros en el marco de la causa los cuadernos de la corrupción.
Un sector del peronismo –además del grupo kirchnerista– bloqueaba el quórum y la correspondiente votación sobre los registros, especulando con la posibilidad de que Fernández pueda encabezar una alternativa justicialista al liberalismo gobernante de Mauricio Macri en las elecciones del año próximo. Ante un peronismo dividido y sin liderazgo claro, sólo Fernández repunta en las encuestas ante la caída de intención de voto hacia Macri por la crisis económica y la inflación.
El cambio de actitud de los senadores peronistas se debió, en gran parte, a la presión popular. Desafiando las gélidas temperaturas, miles de personas se congregaron el martes por la noche ante el Congreso para exigir a los legisladores que aprobaran la petición de Bonadio. Los antikirchneristas enarbolaban pancartas donde se repetían frases y eslóganes como “chorros” (ladrones), “Devuelvan la plata” o “No somos boludos”.
Ante el clamor popular y la presión en la calle a los senadores, Fernández envió una carta a sus colegas pidiéndoles que autorizaran lo que considera “inédito pedido de allanamiento múltiple”, aunque tratando de imponer algunas condiciones para resguardar su intimidad y evitar la humillación mediática que muchos de sus opositores anhelan. “A esta altura de las circunstancias, no tengo ningún inconveniente en que el cuerpo autorice lo solicitado por Bonadio”, dice la expresidenta en la misiva, añadiendo que con ello no pretende “convalidar la irracionalidad de la medidas” dictadas por el juez “en su cruzada persecutoria”, sino acabar “con el show montado alrededor de estos allanamientos sin fundamentos”. La exmandataria pedía evitar la obtención de imágenes del interior de las viviendas y su “posterior difusión mediática con intencionalidad política”.
A falta de saber los términos de la previsible autorización concedida por el Senado ante las condiciones de Fernández, la senadora pedía que se impidiera el ingreso de cámaras a sus domicilios “para evitar así la posterior difusión de imágenes en programas oficialistas con clara intención de humillación y hostigamiento hacia mi persona”. Asimismo, la expresidenta solicitaba que durante los registros estuvieran presentes sus abogado y un senador o senadora designados por ella.
Fiel a su estilo, la viuda del presidente Néstor Kirchner exige que se protejan sus objetos personales de esta manera: “Si encuentran lingotes de oro, millones de dólares o piedras preciosas en bolsas, se los pueden llevar; pero si encuentran un anillo o un collar, está claro que son objetos de mi uso personal”. Igualmente, ante la intención de de Bonadio de buscar dinero oculto en sus casas –con escasas probabilidades de hallar algo dada la nula sorpresa de los registros–, Fernández escribe: “Y finalmente que Bonadio no rompa nada y disponga que se utilicen los instrumentos técnicos necesarios con los que cuentan las fuerzas de seguridad y los organismos de inteligencia, para escanear paredes, divisiones y/o cielo rasos de durlock”.
Los cuadernos de la corrupción kirchnerista, ocho libretas donde supuestamente el chófer de un exviceministro detalla los múltiples traslados de bolsas cargadas de dólares como pago de sobornos al gobierno por parte de empresas contratistas, han revolucionado aún más la situación política argentina y la percepción de corrupción masiva por parte del ejecutivo de los Kirchner.
DOS SEMANAS DE BLOQUEO La propia Fernández cedió y pidió al Senado que autorizara los registros
SARCASMO ANTE EL JUEZ “Que Bonadio no rompa nada y se usen medios técnicos para escanear paredes”