El personal del metro denuncia la acumulación de ratas muertas
Los trabajadores del metro de Barcelona tienen la sensación de que la limpieza en sus puestos de trabajo cada vez es más infrecuente. Hay lugares a los que directamente les da asco tener que entrar. Y no tienen más remedio que estar allí durante horas.
No hablamos de oscuros túneles ni recónditos rincones del subsuelo, sino de los centros de control de las estaciones (las antiguas cabinas del jefe de estación), donde habitualmente está el personal de atención al cliente de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB). “Te sientas delante del ordenador a hacer tus tareas y no eres capaz de meter las piernas en el agujero de la suciedad que hay acumulada”, explica una trabajadora de la línea 3 de metro que prefiere mantenerse en el anonimato. Esta veterana trabajadora asegura que las cosas han empeorado durante los últimos meses y que se ha convertido en la tónica habitual en las diferentes paradas de la línea verde.
El ejemplo más claro, según esta trabajadora, es el tiempo que se tarda en retirar las ratas y otros animales muertos. En lo que va de año se han registrado 232 incidencias de este tipo indicadas por los propios trabajadores, según datos de TMB. En el mismo periodo del año pasado fueron 157 aunque hace dos años se alcanzaron las 263. “Cuando vemos un ratón o un rata muerta damos el aviso al centro de control, pero han llegado a pasar hasta cuatro días sin que vengan a retirarlo y el olor es insoportable”, lamenta la trabajadora que realiza la denuncia. Consciente de que trabajar bajo tierra lleva asociada cierta convivencia con los roedores, remarca que el problema es “el tiempo que tardan en recogerlo, antes eran sólo unas horas y ahora pasan los días hasta que se desinfecta”.
Fuentes de TMB explican que el problema de estos espacios es que los pequeños roedores, si consiguen entrar, no saben salir y quedan atrapados en espacios poco accesibles entre los equipos técnicos y el cableado. Cuando mueren ahí, deben acudir electromecánicos ya que es necesario retirar los aparatos para llegar hasta el ratón que provoca el hedor. Los responsables de la compañía de transportes aseguran que en caso de que el olor sea muy molesto, dan la posibilidad a los trabajadores de que presten el servicio desde una estación cercana hasta que el problema se solucione.
El personal que se encuentra con ello a diario ha trasladado la problemática a los departamentos de seguridad e higiene y a sus superiores. Por su parte, UGT ha presentado quejas a la dirección pero sin éxito. El grupo municipal de Ciutadans también ha elevado la situación al gobierno municipal y ha pedido explicaciones. La concejal Marilén Barceló considera que “el gobierno que siempre hace titulares defendiendo los derechos de los trabajadores no puede permitir que los empleados del metro trabajen en condiciones que pueden ser perjudiciales para la salud”.