La Vanguardia

La diseñadora resurgida tras el caso Weinstein

- Margarita Puig

Pasó apuros como nunca cuando se destapó el caso Weinstein porque Marchesa, la hasta entonces firma preferida por las actrices de Hollywood, fue fundada precisamen­te por Georgina Chapman, la ex esposa del productor desterrado. A dúo con Keren Craig, lanzó su primera colección de vestidos de fiesta en 2004, justo el año en que conoció a Harvey Weinstein. Entonces él era un hombre aclamado. Acababa de ganar un Oscar por Shakespear­e in love y de estrenar once películas (incluidas Fahrenheit 9/11, la segunda parte de Kill Bill o El aviador) y vivía en la certeza de que solo él era capaz de levantar y hundir carreras.

A pesar de ser 24 años mayor que ella, Weinsten y Chapman formaron juntos una familia (tienen dos hijos en común) que pareció feliz durante una década... hasta que los movimiento­s Time’s Up y Me Too se lo llevaron todo por delante. O casi todo. Porque a pesar de separarse del magnate, Georgina Chapman consiguió salvar su marca. Superando momentos de auténtico pánico cuando la elite hollywodie­nse hizo su particular boicot obviando, por primera vez en tantos años, los vestidos de Marchesa sobre la alfombra roja.

Durante meses no tuvieron cabida ni en los Oscar ni en ninguna otra gala relacionad­a con la industria del cine y la televisión norteameri­canas. Pero al final, la propia Chapman consiguió confirmars­e en su papel de víctima, además de conseguir un divorcio por el que el productor fue condenado a pagarle 20 millones de dólares.

La marca ha resurgido de sus cenizas y poco a poco va volviendo a restaurar su posición en Hollywood. Ya no se verá más a Weinstein en primera fila de sus desfiles (a menudo se sentaba al lado de la todopodero­sa editora de Vogue Anna Wintour en el front row) pero da señales inequívoca­s de recuperaci­ón. Vuelve a encandilar en la pasarela de Nueva York en donde tanto la firma como las diseñadora­s destilan por fin la confianza de antes. La que hizo que Cate Blanchett escogiera sus creaciones para la gira promociona­l de El Aviador o que Penélope Cruz vistiera Marchesa tanto en la presentaci­ón de la tercera parte de Piratas del Caribe como en el estreno en Cannes de Los abrazos rotos en 2009.

Y la que motivó a Scarlett Johansson a redimir a la marca de sus fantasmas en la pasada gala Met. Su aparición con un vestido vaporoso en rosa y burdeos sorprendió a todos. Y se salvó de las críticas por los pelos, gracias al aval definitivo de Anna Wintour que se apresuró a defender a las dos, a Johansson y a Chapman, diciendo “Georgina es una diseñadora brillante y no creo que deba ser culpada por el comportami­ento de su marido. Ha sido un gesto de apoyo genial por parte de Scarlett haber llevado un bonito vestido como este en una ocasión pública”

¿Curiosidad­es de la firma? Craig y Chapman, que se conocieron en el Chelsea College of Art and Design de Londres, optaron por el nombre de Marchesa en homenaje a la marquesa Luisa Casati. Era una extravagan­te y rica italiana de principios del siglo XX, que fascinó a Elsa Schiaparel­li y Coco Chanel y que también fue foco de la polémica: exigía a sus sirvientes que la atendieran desnudos.

Georgina Champan ha conseguido relanzar Marchesa, tras el escándalo protagoniz­ado por su ya exmarido

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 ??  ?? Apoyo incondicio­nalLa actriz Scarlett Johansson ayudó a renovar la confianza en Marchesa en la pasadagala Met
Apoyo incondicio­nalLa actriz Scarlett Johansson ayudó a renovar la confianza en Marchesa en la pasadagala Met

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