La polémica del reloj
Nueva York aplica la cuenta atrás de 25 segundos en los saques
Tic, tac, tic, tac. Selecciona pelotas entre las que le ofrecen. Tira la que no le gusta y, con las dos elegidas, camina a la línea mientras se mete una en el bolsillo. Se estira el pantalón. Bota varias veces la pelota que tiene en la mano. Se coloca el pelo tras la oreja izquierda. Se toca la nariz. Se coloca el pelo tras la oreja derecha. Y vuelta a la oreja izquierda, nariz, y oreja derecha. Bota de nuevo la pelota y… ¡saque! ¿Cuántos segundos puede durar este ritual de Nadal a la hora de servir? En muchas ocasiones, algo más de los 25 que permite el reglamento y que hasta ahora estaba a la discreción del árbitro. A primera vista, no parece muy importante tener unos segundos más o menos, pero para algunos tenistas, como el mallorquín, los rituales previos al servicio son clave para mantener la concentración y para recuperarse un poco, especialmente después de un punto largo.
En primavera el torneo de Nueva York anunció que pondría en acción el reloj de servicio y tanto el circuito femenino como el masculino acordaron que también se usara el aparato en los torneos de la gira americana de verano, para que los jugadores pudieran acostumbrarse. La idea es agilizar el juego para acortar los partidos y dar más espectáculo a los aficionados, pero la decisión no ha sido acogida con los brazos abiertos por todo el mundo.
Rafa Nadal fue de los primeros en expresar su disgusto. “Me parece que el reloj es sólo parte del show. Creo que es especialmente perjudicial en condiciones de mucho calor, como estos días. El espectáculo va a empeorar, porque no puedes jugar dos puntos de rallies seguidos sin poder recuperarte”, justificaba el número uno. “Lo importante es que los árbitros hagan un buen trabajo y esperen a poner el reloj en marcha después de los puntos largos. Y creo que hasta ahora lo están haciendo bien, sin ser demasiado estrictos”.
Para Djokovic, la peor parte de esta nueva normativa es cómo se instauró: “El reloj de servicio se está convirtiendo en una parte integral de nuestro circuito, pero se introdujo sin consultar a los jugadores y eso no estuvo bien”. En estos días de calor extremo, el serbio comprende las quejas de sus compañeros, que consideran punitivo tener que precipitarse entre puntos cuando juegan a temperaturas extremas. “Una vez está puesta la regla, es difícil quitarla”, explicaba Djokovic. “Pero comprendería que quitaran el reloj en condiciones difíciles y brutales, porque sé por lo que están pasando muchos jugadores”.
A Jelena Ostapenko tampoco le gusta tener el control del tiempo a la vista de todos. “No soy fan. Ahora, cuando sirves, también tienes que mirar cómo va el reloj, porque si no, te dan una advertencia. A mí me mete más presión”.
Sin embargo, algunos tenistas aprecian saber concretamente cuánto les queda para sacar. “A mí me gusta, porque parece que tienes más tiempo para prepararte para el siguiente punto”, explicaba Carla Suárez. “En todo momento puedes mirar cuánto te queda”. Lo mismo opinaba Pablo Carreño. “La norma de los 25 segundos me está dando más tiempo que antes”, analizaba el asturiano. “Depende de cuándo el árbitro le dé al marcador para que empiece a contar, pero muchas veces me sobra tiempo”.
Stan Wawrinka es otro de los que está a favor de la cuenta atrás. “Me parece genial. Te da ritmo, y es claro y sencillo para todo el mundo, tanto los jugadores, como la televisión y los aficionados”.