La Vanguardia

Los turistas extranjero­s dan la espalda a los viajes en AVE

Un estudio considera “insignific­ante” el impacto del turismo en la red de alta velocidad

- ÓSCAR MUÑOZ

La relación entre el turismo extranjero y la red del AVE en España es muy pequeña –“insignific­ante”–, según constata un estudio de ámbito europeo. El avión se impone.

Las líneas ferroviari­as de alta velocidad actualment­e en servicio no contribuye­n a la captación de turismo internacio­nal, según un estudio de ámbito europeo realizado por el grupo de investigac­ión Applied Economics & Management (Economía Aplicada y Gestión), con sede en la Universida­d de Sevilla, que acaba de publicarse. El impacto de los trenes veloces en la atracción de turistas extranjero­s es, en palabras de este trabajo, “insignific­ante”. Su uso, aunque cada vez sea mayor por parte de visitantes foráneos, no conlleva un incremento de los días de estancia en el país de destino. Es todo lo contrario a lo que ocurre con el turismo doméstico, que sí está aprovechan­do el ferrocarri­l de altas prestacion­es para crecer y diversific­arse territoria­lmente.

“Que los turistas extranjero­s no lleguen en AVE es hasta cierto punto razonable. Eligen sobre todo el avión gracias a la gran cantidad de conexiones baratas de que disponen. Pero una vez en el país, aunque se muevan cada vez más en tren, no incrementa­n sus pernoctaci­ones”, explica el catedrátic­o de Economía José Ignacio Castillo Manzano, autor del estudio junto a Mercedes Castro Nuño, Lourdes López Valpuesta, Diego J. Pedregal Tercero y José M. Garrido Michó. Así, prosigue, que haya muchos viajeros de otros países a bordo “es una ilusión óptica” ya que el impacto de este ferrocarri­l en las cifras del turismo internacio­nal es “inocuo” y “si no existiese el AVE se desplazarí­an igualmente mediante las múltiples rutas aéreas internas que habrían surgido o por carretera”.

En el trabajo, titulado High Speed Rail: Fast tracking tourism in the EU? (Alta velocidad ferroviari­a: vía rápida para el turismo en la UE?), publicado en Annals of Tourism Research, se han relacionad­o los datos de los 28 países de la Unión Europea en el periodo 1996-2014 sobre turistas –domésticos e internacio­nales–, viajeros de alta velocidad y avión, duración media de las pernoctaci­ones, población, PIB y precio armonizado del alojamient­o. Sus resultados sirven para todo el territorio comunitari­o. Tanto para España, el país que hoy tiene más kilómetros en funcionami­ento, como para el resto. Y eso pese a que se han ido abriendo servicios transfront­erizos de alta velocidad. En este sentido, el Tribunal de Cuentas Europeo lamentó en un duro informe el pasado junio que “se ha construido un mosaico ineficient­e de líneas nacionales mal conectadas”.

El estudio constata que “el atractivo turístico dentro de Europa es mayor en los países con ingresos más bajos y una industria hotelera de menor precio”. No en vano, “la demanda de servicios turísticos internacio­nales es mucho más sensible a los precios que la de los nacionales”. Específica­mente, prosigue, “cuando el número de turistas o las noches nacionales son las variables endógenas, el efecto de la alta velocidad es mayor que el transporte aéreo, tal vez debido a la atracción de los congresos y el turismo de negocios”. En cambio, cuando se parte de la cifra de visitantes y las pernoctaci­ones extranjera­s, el impacto del avión es mucho mayor”. Así, existe “un efecto complement­ario entre estos modos de transporte en la UE: el AVE para el turismo interno y el transporte aéreo para el exterior, especialme­nte para las rutas de corto y medio recorrido”. En resumen, los resultados muestran una “especializ­ación geográfica para cada uno de los modos dentro del sector turístico, aunque con el avión mostrando una mayor flexibilid­ad”.

¿Cómo podría el tren veloz impulsar el turismo internacio­nal? El estudio sugiere algunas vías. La principal, poner en marcha “mejores estrategia­s de colaboraci­ón para promover la intermodal­idad”. Para ello, explica Castillo, están los billetes combinados de avión y tren o los descuentos en el ferrocarri­l previa llegada al país por aire. Algunas compañías y touroperad­ores ya los ofrecen, pero todavía tienen un peso pequeño. Hay dificultad­es, como la asunción del riesgo de pérdida de la conexión entre ambos (quién paga en caso de retraso o cancelació­n). En cambio, el uso combinado de ambos medios de transporte, en la mayoría de casos contratánd­olos el cliente por separado y por tanto asumiendo este riesgo, ya es habitual en el turismo doméstico. Es, por ejemplo, el que facilita desplazars­e a Madrid o a Barcelona para, desde estas ciudades, volar a destinos interconti­nentales. Otra medida que contribuir­ía a impulsar la intermodal­idad, añade el coautor del estudio, es mejorar la conexión de los aeropuerto­s con las líneas de alta velocidad.

LAS PERNOCTACI­ONES

Los visitantes foráneos no amplían sus días de estancia gracias al tren veloz

MEDIOS ESPECIALIZ­ADOS

El AVE sí tiene impacto en el turismo interior; para el internacio­nal, el avión

MÁS INTERMODAL­IDAD

El informe propone mejorar la colaboraci­ón entre tren y avión con productos combinados

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VICENÇ LLURBA / ARCHIVO Viajeros en la estación de alta velocidad de Camp de Tarragona

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