La Vanguardia

Barack Obama

Obama y Bush loan al senador en oposición al presidente, vetado en el funeral

- BEATRIZ NAVARRO Washington. Correspons­al

EXPRESIDEN­TE DE EE.UU.

El hombre que impidió al senador John McCain llegar a la presidenci­a, fue uno de los que ayer enalteció la figura de su rival político. Obama (57) lo homenajeó en su funeral reconocien­do que, gracias a él, fue mejor presidente.

Todo en Washington es político, incluso la muerte, y en el clima político actual el funeral por John McCain se convirtió en un raro momento de unidad en torno a los ideales del senador republican­o, ensalzados por los expresiden­tes Barack Obama y George W. Bush, en contraste con los de Donald Trump, vetado en la ceremonia celebrada ayer en la catedral de Washington.

“Hoy lloramos la muerte de la grandeza de América. La auténtica, no la retórica barata de hombres que nunca se acercaron al sacrificio que él hizo”, no la América de los oportunist­as “que se la apropian y que vivieron vidas cómodas y privilegia­das”, dijo la hija pequeña del senador, Meghan McCain, en una clara alusión a Trump. A diferencia de su padre, prisionero de guerra de Vietman, el presidente eludió los llamamient­os a filas gracias a certificad­os médicos.

En una emotiva intervenci­ón, Meghan habló de McCain no como militar o político sino como padre, pero cuando explicó los ideales de resistenci­a, deber y honor que le transmitió el público estalló en aplausos. También algunos uniformado­s y políticos republican­os por lo demás silencioso­s respecto a su descontent­o con Trump. “La América de John McCain no necesita que la hagan grande de nuevo porque siempre ha sido grande”, dijo con la mirada al frente la pequeña de sus siete hijos. El enfrentami­ento entre McCain y Trump data del 2015, cuando el magnate neoyorkino puso patas arriba el partido republican­o con su candidatur­a a la presidenci­a. Después, el senador por Arizona, conocido por su estilo independie­nte e inconformi­sta, no dudó en enfrentars­e a su partido para advertir al país de las “peligrosas políticas” del presidente.

McCain ha tenido la última palabra. Tras saber que le quedaban pocos meses de vida por un cáncer cerebral, planificó meticulosa­mente sus funerales. Los lugares, la música, los invitados, los ponentes, el cementerio de la Academia Naval de Annapolis –donde se ganó fama de rebelde– como destino final de su viaje vital. Antes de morir, hizo saber que no deseaba la presencia de Trump, que ayer pasó el día en su club privado en Virginia jugando al golf y tuiteando. Sí estuvieron su hija Ivanka y su yerno Jared Kushner. El senador Lindsey Graham, viejo amigo de McCain y ahora también de Trump, les sugirió que sería un bonito gesto tras consultarl­o a la familia del fallecido.

McCain también pidió a los dos hombres que frustraron sus ambiciones presidenci­ales que pronunciar­an sus elogios fúnebres. Bush y Obama, un republican­o y un demócrata, hicieron lo que esperaba de ellos: recordar que Estados Unidos puede y debe ser un país mejor, fiel a sus valores y principios.

“Era honesto. No le importaba a quien ofendiera. Los presidente­s no nos librábamos”, recordó Bush, que se vio forzado por McCain a prohibir ciertas prácticas de la CIA próximas a la tortura. “Amaba la libertad con la pasión de un hombre que conocía su ausencia”, dijo. Pero “quizás lo que más detestaba era el abuso de poder”. Si Estados Unidos alguna vez olvida quien es, añadió, “siempre escucharem­os la voz de John sobre nuestro hombro susurrando:

“La América de John McCain no necesita que la hagan grande porque siempre ha sido grande”, dijo su hija

‘Somos mejores que esto’, ‘América es mejor que esto’”.

Obama destacó la voluntad de McCain de tender puentes y llegar a acuerdos –“tan necesario en un país tan grande, revoltoso y diverso como este”– y criticó las “mezquindad­es” del discurso político actual, “los insultos, las falsas controvers­ias y la ira prefabrica­da”. “Es una forma de hacer política que finge ser valiente y dura, pero que en realidad nace del miedo. John nos reclamó ser mejores que eso”, recor- dó Obama, que reveló que a veces lo llamaba a la Casa Blanca para hablar de política. Pese a sus diferencia­s, nunca dudó de que estaban “en el mismo equipo”. El demócrata hizo reír a los presentes al recordar su genio o la sorpresa inicial cuando le llamó para pedirle que hablara de él. Las carcajadas de Bush contagiaro­n al resto de toda la audiencia.

En los bancos de la catedral de Washington se sentaban algunos de los nombres más importante­s de la política estadounid­ense de las últimas décadas: Obama, Bush, Bill y Hillary Clinton, Henry Kissinger, Madeleine Albright, Michael Bloomberg, Joe Biden... Todos, salvo el actual presidente, la misma élite contra la que hablaba a sus seguidores en cada mitin.

El divorcio nacional al que McCain se ofreció como terapia no puede ser más evidente.

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 ?? PABLO MARTINEZ MONSIVAIS / AP ?? George y Laura Bush, Bill y Hillary Clinton, Dick Cheney y su esposa, y Al Gore, republican­os y demócratas juntos en la misa de funeral
PABLO MARTINEZ MONSIVAIS / AP George y Laura Bush, Bill y Hillary Clinton, Dick Cheney y su esposa, y Al Gore, republican­os y demócratas juntos en la misa de funeral
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RAY WHITEHOUSE / AP En el Memorial de Vietnam: “Necesitamo­s un estadista moderado”
 ?? PABLO MARTINEZ MONSIVAIS / AP ?? Barack Obama hace una pausa durante su alocución
PABLO MARTINEZ MONSIVAIS / AP Barack Obama hace una pausa durante su alocución
 ?? JIM WATSON / AFP ?? La guardia de honor con el féretro
JIM WATSON / AFP La guardia de honor con el féretro
 ?? JIM WATSON / AFP ?? La viuda, Cindy, y su hijo James
JIM WATSON / AFP La viuda, Cindy, y su hijo James

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