La herencia mal entendida de la pugna contra la RDA
El líder del movimiento ultra local Pro Chemnitz, Martin Kohlmann, –con representación en el ayuntamiento–, repitió ayer ante la multitud algo que ha dicho varias veces estos días en referencia a la política migratoria. “No vamos a tolerar más todo esto. Las cosas van a cambiar mucho, como en 1989”, dijo Kohlmann, aludiendo a los ciudadanos de este land que ese año se movilizaron en las calles con manifestaciones contra el régimen comunista, y contribuyeron a hacerlo caer. Al año siguiente, 1990, se produciría la reunificación de Alemania. “A lo que ocurre estos días en Chemnitz hay que añadir la experiencia de 1989”, alerta el politólogo de la Universidad Técnica de Chemnitz Eric Linhart. “De Sajonia se extendió la revolución a toda la RDA, en la que los ciudadanos lograron derrocar un régimen de injusticia –recuerda Linhart–. Muchos sajones consideran legítimo derrocar al Gobierno actual en la calle, y pasan por alto el hecho de que ahora se trata de un Gobierno elegido democráticamente”. El politólogo, inquieto por los acontecimientos, atribuye estas convicciones a una falta de formación política para comprender esa diferencia. “En Sajonia hay una falta masiva de formación política e histórica –lamenta Linhart–. En la escuela se enseña política sólo en tres cursos, y compartiendo asignatura con economía y derecho. Aparentemente, esto no es suficiente para enseñar a la gente cómo funciona la política o para dejar claro por qué es necesario aislar a los fascistas”. Otro problema ha sido el uso de las redes sociales para esparcir detalles inventados sobre la muerte de Daniel Hilling, lo cual contribuyó a exacerbar los ánimos el mismo domingo en que fue asesinado.