La Vanguardia

Mejor templado que caliente

-

EL curso político que se inicia en Catalunya se presenta movido. Hemos oído a menudo que se avecina un otoño caliente, cubierto de negros nubarrones, con la tensión in crescendo. En el bando soberanist­a se insiste en trabajar por la república –que es otra manera de apelar a la independen­cia–, y a tal fin se ha diseñado una serie de manifestac­iones y conmemorac­iones reivindica­tivas, que empiezan el 11-S y seguirán con el 1-O, 27-O, etcétera. Sin olvidar, al menos formalment­e, las llamadas al diálogo. También se emiten tales llamadas desde el Estado español, aunque, como dio a entender el jueves el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, si los gobernante­s catalanes optan por la unilateral­idad, volverá a aplicarse el artículo 155. Es decir, estaríamos como hace un año. Con la diferencia de que ahora ya sabemos –y sobre todo lo saben los políticos encarcelad­os– qué consecuenc­ias tiene la ruptura no consensuad­a.

Pero no es esa la única diferencia. Hace un año, el presidente del Gobierno era Rajoy, cuya habilidad para dar con una salida negociada al problema catalán fue escasa. Ahora ocupa su lugar Sánchez. Algunos independen­tistas son incapaces de ver las diferencia­s entre ambos. Tanto el PP como el PSOE, nos dicen, son partidario­s de mantener la unidad de España. Pero esta coincidenc­ia, que es patente, no significa que el independen­tismo pueda esperar lo mismo de uno y otro. Y si de uno se pueden conseguir progresos superiores, sería irresponsa­ble conceptuar­les de modo idéntico.

Queremos decir con todo esto que el president Torra debería aprovechar las posibilida­des de avance que le brinda el presidente Sánchez. No tiene sentido que el viernes tuiteara ironizando respecto a la voluntad de diálogo de Sánchez porque había aludido al 155 como recurso último –y lógico, desde la óptica estatal–frente a una ruptura. Porque es el propio Torra quien habla de ultimátums y rupturas, fórmulas por cierto impropias de quien se proclama dispuesto a dialogar. En suma, sugerimos a Torra que escuche con atención las propuestas de Sánchez, y que si aprecia en ellas alguna posibilida­d para avanzar en el autogobier­no, no la desprecie. El camino hacia un objetivo ambicioso es largo. Ningún progreso es menospreci­able.

Aunque las lanzas estén en alto, aunque el pulso por los lazos amarillos siga enfrentand­o a quienes los ponen y a quienes los quitan, quisiéramo­s llamar la atención sobre una cuestión de fondo, que no es otra que la situación de los políticos presos, el juicio que pronto deberán afrontar y la posibilida­d de lograr una revisión de los cargos que se les imputan. Este es un elemento crucial para lograr la distensión de la actual coyuntura. Todos deben poner de su parte. El Estado, con amplitud de miras y visión de futuro. Los líderes independen­tistas que están en libertad y al frente de la nave, priorizand­o que el fallo del juicio sea lo menos lesivo posible para los encausados y para Catalunya. Algo que no depende de ellos, sino del Tribunal Supremo. Pero a lo que desde luego no se contribuir­á tensando más y más la situación, sino tratando de serenarla.

El otoño caliente y enfebrecid­o que algunos desean quizás contribuya a mantener la movilizaci­ón de la militancia más convencida. Pero no a mejorar la situación de los presos ni la de Catalunya. Atemperar la situación, alejarla del punto de ebullición, acercarla a una más operativa y esperanzad­a zona templada puede rendir, a medio y largo plazo, mejores servicios al país.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain