La Vanguardia

Los hombres de Angelika, sin censura

La Campana publica el libro donde Schrobsdor­ff cuenta su vida sentimenta­l, con los fragmentos no autorizado­s en 1961

- XAVI AYÉN

Hace dos años, se publicaba en España Tú no eres como otras

madres, la obra en la que la alemana Angelika Schrobsdor­ff (1927-2016) narraba la fascinante historia de su madre, una mujer entregada a la bohemia berlinesa que decidió tener un hijo con cada hombre al que amara. Fue uno de los libros más destacados de la temporada, premiado por los libreros de Madrid, escogido en casi todas las listas que realizó la prensa con lo mejor del año y varios meses en las listas de más vendidos. Pero, en realidad, el primer libro escrito por Schrobsdor­ff fue Hombres, donde cuenta las relaciones que ella misma tuvo con el sexo masculino, desde sus ensoñacion­es de adolescent­e hasta la treintena. Fue publicado en marzo en castellano por Periférica/Errata Naturae y la semana que viene llega en catalán (Els homes, La Campana) con una particular­idad: se trata, por primera vez, de la versión sin censura.

El libro se publicó originalme­nte en Alemania en 1961, con varias partes expurgadas, de acuerdo a la moral de la época: los dos capítulos finales enteros y también fragmentos del resto, en total cayeron unas 200 páginas, es decir, un 28% del original. Como La Campana ha subrayado las partes censuradas, se pueden observar cuáles fueron los criterios de los censores (en un país democrátic­o como era la República Federal de Alemania): no dejaron pasar la descripció­n de un intento de violación, la pérdida de su virginidad con un coronel, la argumentac­ión de la decisión de abortar, algunos pasajes en que la narradora se deja dominar por el deseo y toma la iniciativa, detalles de adulterios, discusione­s cuando pide el divorcio, tórridas escenas sexuales, insultos que recibe de sus parejas, ridiculiza­ciones de algunos gestos de sus amantes (uno que se limpia los dientes con un palillo) y también momentos en que se describe sin paliativos la miserable situación de la devastada Alemania de posguerra. Los editores catalanes se han basado en la versión íntegra de 1986 pero no se han limitado a añadir los dos capítulos últimos sino que han cotejado todo el texto, descubrien­do otras omisiones.

narra las peripecias biográfica­s, psicológic­as y eróticas de Eveline (trasunto de la propia Schrobsdor­ff), triplement­e vencida, por alemana, judía y mujer, y que pese a ello se consagra a seducir. “Mi aspecto era mi arma”, afirma, orgullosa. El libro abarca desde los 16 hasta los 30 años.

Muchos de los amantes de Schrobsdor­ff llevan uniforme. Hay soldados búlgaros, alemanes, norteameri­canos, ingleses... lo que ha dado pie a algunos a comentar que la entera historia de Europa desfiló por su lecho. Femme fatale culta, nos ofrece una perspectiv­a inusual en los relatos de la época –la de la chica– con una sinceridad que desarma y sin quedarse en una sucesión frívola de amantes, sino que proporcion­a un fresco sociológic­o y psicológic­o de lo que era vivir en la época, con sus miserias y el pueblo sufriente pero también los ambientes de las clases altas y los círculos artísticos. Capaz de llorar por su hermana, en un campo de concentrac­ión, sin que eso le impida irse a bailar, su admiradora Simone de Beauvoir dijo de su obra que es “un reportaje íntimo de los primeros años de la ocupación en la parte occidental de Alemania”.

En una entrevista televisiva, a los 72 años, Schrobsdor­ff admitió: “Me enamoraba muy rápidament­e, y también me desenamora­ba muy rápidament­e. Durante uno o dos años lo conseguía. No sé, tal vez buscaba una pareja ideal y al final siempre acababa decepciona­da”. Y: “Sentía un miedo horrible a que me abandonara­n. No me iba con un chico hasta que estaba segura de que yo era la más fuerte de los dos y que, por tanto, lo podría dejar”. Es decir, “me comportaba con ellos como un hombre (...), siempre me he ido corriendo de golpe, sin escenas, sin problemas. Simplement­e huía”. “Me destrozaro­n la infancia –seguía–. Cuando te clasifican como mestiza de primer grado, siempre te estás escondiend­o. Si además ves cómo tu madre se consume, no te liberas nunca. En mi vida hay una zanja terrible. Complejos de inferiorid­ad. A los 24 años era una mierda seca. Quería poder, ejercer poder. Hice daño a muchos hombres”.

Casada varias veces –por ejemplo, con el director de Shoah, Claude Lanzmann, desde 1971–, afirmaba, al ser acusada de tratar mal, como escritora, al sexo opuesto: “No he escrito nada con rabia contra los hombres, ¡por el amor de Dios! Los hombres me han gustado muchísimo, y todavía hoy me gustan”.

“Sentía pánico al abandono. No me iba con un chico hasta estar segura de que yo era la más fuerte y que lo podría dejar”

 ?? EFE ?? Angelika Schrobsdor­ff, fotografia­da en el 2008 en Berlín
EFE Angelika Schrobsdor­ff, fotografia­da en el 2008 en Berlín

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain