‘Noise’ sin piedad
Los neoyorquinos A Place to Bury Strangers presentan una contundente nueva obra
La sala Sidecar acoge fiesta noise de envergadura, algo que conviene celebrar en tiempos de creciente corrección en todos los ámbitos. Será, pues, en el sótano de la plaza Reial donde habrá intensa descarga de la mano de A Place to Bury Strangers, o lo que es lo mismo, una de las bandas más representativas e indomables de la escena del noise rock neoyorquino.
Un grupo nacido en Brooklyn que ha estado navegando con rumbo propio desde más de tres lustros en aguas flanqueadas por la psicodelia y el shoegaze ,y que ha dejado a su paso muestras de su radical manera de entender y vivir el rock. Entre ellas, además de una relativamente corta discografía, variados cambios en su seno, que en la actualidad tiene formato de trío constituido por Oliver Ackermann, Dion Lunadon y la reciente incorporación de Lia Simone Braswell (en la fotografía) a la batería.
Independientemente de su música, la experiencia de sus directos es razón más que suficiente para acercarse a uno de ellos. Ellos mismos los definen: “Que sientas miedo en el concierto, que puedas palpar el peligro en la música”. Y eso harán en Barcelona, donde presentarán además su última producción discográfica, Pinned.
Como preámbulo al acto central, también parece bastante imperdible la actuación de Numb.er, es decir, el alter ego sonoro del fotógrafo y artista visual Jeff Fribourg, quien ofrece una impactante descarga sónica a base de punk, shoegaze y postpunk. Caos sonoro pero, eso sí, brillantemente calculado.