Madrid, cada vez más estación central económica
En contraste con el casi nulo impacto del AVE en el crecimiento del turismo internacional, el doméstico sí que está aprovechando las oportunidades del tren. No obstante, José Ignacio Castillo Manzano apunta que “tendríamos que analizar cómo se reparten las ganancias territorialmente”. Así, subraya que en España “no se producen economías de red porque en realidad no existe una red ferroviaria de alta velocidad, sino una suma de líneas que pivotan sobre un centro, Madrid, que es el que más se beneficia”. Este catedrático de Economía recuerda, por ejemplo, que cuando se pusieron en servicio las primeras conexiones con Sevilla o Zaragoza “estas ciudades sí que notaron un impacto con la llegada de más visitantes de la capital. Pero a medida que se abrieron nuevas rutas con más estaciones los viajeros se repartieron” y, en consecuencia, “se reforzó el papel de Madrid en detrimento del resto de puntos” y “ahora es el lugar más cómodo para organizar un congreso nacional, una reunión de trabajo o una escapada de fin de semana para ver un musical o una exposición”. Esta dinámica irá a más con la ampliación de líneas “a las que nadie quiere renunciar pese a que desde un punto de vista económico no sean rentables”. Porque, concluye Castillo, “el AVE, aunque pueda considerarse un despilfarro, también se percibe como una mejora de la calidad de vida, algo parecido a una universidad o un hospital”.