Barcelona, el sueño europeo de LCI
LCI Education, institución educativa canadiense especializada en la formación en diseño, instalará en Barcelona su hub para extender su red europea. La ambición de la compañía, que cuenta con 22 campus en todo el mundo, se concreta en el proyecto del nuevo centro de LCI Barcelona, cuya construcción arrancará en la primera mitad del próximo año, según explica su directora y socia local, Sílvia Viudas. El nuevo centro consiste en una construcción de 11.000 metros cuadrados en el distrito 22@ que tendrá capacidad para albergar 2.000 alumnos con una alta cuota de estudiantes internacionales. La inversión asciende a 25 millones de euros y la dirección prevé que la nueva escuela estará operativa en el curso 2021-2022.
LCI Barcelona, que abrió sus puertas en 2014 tras la compra de la escuela Felicidad Duce de diseño de moda, es la primera sede de la institución canadiense en Europa. El proyecto original de la nueva escuela, firmado en 2014, ha sufrido varias modificaciones, entre ellas una ampliación tras adquirir un solar adyacente al terreno original antes de iniciar las obras, en la calle Álava de la capital catalana. Mientras se construye la nueva escuela, las clases se imparten en una sede provisional de la calle Balmes y sus resultados han “convencido” a la matriz canadiense de la apuesta por la ciudad. “LCI llevaba tiempo intentado implantarse en Europa y aunque la escuela de Barcelona todavía es pequeña en volumen de negocio, han visto que tanto la ciudad como el proyecto tienen potencial”, apunta Viudas, que lidera el proyecto y que es propietaria del 30% de la escuela barcelonesa.
No obstante, Viudas asegura que la estrategia de la compañía matriz es seguir creciendo en Europa con la adquisición de nuevos centros. “El reto de LCI Barcelona es reivindicar el papel de la escuela y de la ciudad como centro estratégico del diseño europeo, con la implantación de algunos servicios generales para la red LCI, y que no tengan la tentación de trasladarse a otra ciudad donde adquieran otra escuela”, apunta. Los estudiantes de la escuela barcelonesa son reclutados por las grandes empresas de moda como Inditex, Mango o Pronovias antes de que terminen sus estudios, lo que convierte Barcelona en un importante hub de talento creativo. La escuela colabora con más de cuarenta empresas en su búsqueda de profesionales.
La construcción de la nueva escuela ha sufrido múltiples retrasos por trabas administrativas del ayuntamiento, que incluso llegaron a poner en cuestión la idoneidad de Barcelona como hub para impulsar el crecimiento europeo, pero la tramitación del proyecto básico este mes de agosto sitúa la fecha de consecución del permiso de obras definitivo en el primer trimestre del próximo año. Si se cumple el calendario, la nueva escuela entraría en funcionamiento en el curso 2021-2022.
Mientras llega la fecha, LCI Barcelona está pendiente de ampliar las instalaciones de la calle Balmes para implantar las clases durante dos cursos a partir del 2019-2020. “El espacio se nos queda pequeño”, asegura Viudas. La integración en la red canadiense ha multiplicado el atractivo de la escuela barcelonesa. Tras la entrada de LCI la escuela pasó de ofrecer exclusivamente estudios de diseño de moda y facturar 1,6 millones de euros en 2013 a ampliar las clases a cuatro especialidades y a ingresar cinco millones de euros anuales. Con el nuevo centro en pleno funcionamiento, las previsiones duplican la cifra para alcanzar los diez millones de euros con 2.000 alumnos internacionales y 60 trabajadores sin contar la comunidad docente, que ahora asciende a 150 profesores y que también se multiplicará en los próximos años.
“Aunque la escuela de Barcelona todavía es pequeña, LCI ha visto el potencial del proyecto”