La Vanguardia

Goleada y liderazgo del Barça.

El campeón ofrece una función contundent­e y reparte el gol entre sus figuras

- MONTSE GIRALT

El FC Barcelona derrotó por 8-2 al Huesca en su primera visita liguera al Camp Nou con tantos de Messi (2), Suárez (2), Dembélé, Rakitic, Jordi Alba y Pulido (pp), lo que le aúpa al liderato.

Sin licencias en la alineación y divertido en la ejecución, el Barça ofreció una función muy entretenid­a al personal, que salió del Camp Nou feliz por los goles, por las jugadas de ataque, por la fantasía y por el despliegue con balón de su equipo. ¿Que sin la pelota se generaron dudas? Pues sí. ¿Que no es bueno que un recién ascendido meta dos goles en tu casa? También. Pero, ciertament­e, para el espectácul­o mucho mejor un partido abierto, valiente y con dos equipos queriendo proponer que el clásico cerrojazo del modesto ante el poderoso. El Barça, que empezó perdiendo, agradeció la propuesta atrevida del Huesca para imponerse con claridad tras el descanso. Messi acudió como siempre al rescate, Suárez estrenó cuenta goleadora esta campaña y mejoró, Dembélé volvió a marcar y está en racha y Coutinho dejó detalles y asistencia­s. Entre las noticias más positivas para el Barcelona, que el gol se repartió entre cinco jugadores (Messi, Suárez, Dembélé, Rakitic y Alba) y que esta campaña, con tres delanteros, el equipo genera más oportunida­des. El Barça mantiene el pleno, junto al Madrid, y es líder por diferencia de goles.

Ernesto Valverde había avisado en la víspera que no quería ningún exceso de confianza y que había que tener cuidado con el entusiasmo de un debutante como el Huesca. El mensaje tuvo continuida­d en su once. El técnico apostó por poner la misma formación que en Valladolid. Es decir, fichajes al banquillo.

Pero estas precaucion­es no sirvieron de nada de entrada. Porque, en plena operación retorno tras las vacaciones y con bastantes espectador­es en busca de su asiento, llegó el zarpazo del Huesca. Un señor gol del conjunto oscense, que culminó una larguísima jugada. En su desenlace Miramón penetró por la derecha y centró hacia el otro lado. Por allí se elevó Longo para cabecear un balón que Cucho Hernández desvió hacia la red.

El equipo de Valverde tardó poco en reaccionar. Pronto las buenas intencione­s del Barcelona cristaliza­rían. Porque, si algo tenía el encuentro, eran espacios. El Huesca era un canto a la osadía y de la misma manera que atacaba se descubría. En uno de estos intercambi­os Messi se hizo con una pelota al borde del área. Todo el mundo esperaba una cambio hacia a la izquierda pero dejó sentado a Luisinho con un recorte fantástico y entró en el área para empatar con la derecha. Apenas pasaba del cuarto de hora y el partido iba sin cadena. La igualada fue como una ola a la que se subió el Barcelona, que alternaba el juego por las bandas con los remates de media distancia (14 chuts al descanso). Al Barça le costaba replegarse cuando atacaba el Huesca pero percutía con clarividen­cia. De ahí que se pusiera en ventaja gracias a un recurso clásico: la profundida­d de Alba. El lateral, descatalog­ado por Luis Enrique, fue clave en los dos siguientes goles barcelonis­tas. En el 2-1 Dembélé conectó con él y el centro de Alba se lo introdujo en su portería el central Pulido.

Remontada consumada. El encuentro era para que los delanteros disfrutara­n y el propio Dembélé probó fortuna con un fenomenal cacao que besó el larguero. Le cogió el relevo Coutinho, que filtró un pase hacia Alba. El lateral sirvió un balón perfecto a Luis Suárez que marcó de primeras. ¿Gol o no gol? Pues primero, sí, luego, no porque el asistente levantó la bandera y más tarde, sí, tras revisión del VAR. Fue un tanto celebrado dos veces, interrupci­ón mediante.

Ya quedaba poquito para el entreacto y parecía que el partido estaba poco menos que sentenciad­o

SUSTO INICIAL Y GOLEADA

El Huesca fue muy atrevido y se avanzó pero Messi lideró la reacción, a la que se sumaron Dembélé y Suárez

pero el Huesca recortó distancias en otra jugada en la que el Barça pecó de desconcent­ración. Moi Gómez terminaría centrando hacia Gallar y el catalán marcó avanzándos­e a Sergi Roberto.

Todavía le quedaba trabajo al Barça. Lo haría a una velocidad de vértigo. Sin dejar que el Huesca siguiera creyendo, el campeón le propinó dos mandobles seguidos en la reanudació­n. Dembélé embocó con la izquierda un servicio certero de Suárez y Rakitic fabricó un póster magnífico con el quinto azulgrana al rematar con el exterior tras una apertura de Messi. Dos goles bellos para encandilar a un Camp Nou festivo, que tendría más motivos para celebrar. Coutinho perseguía, sin conseguirl­o, su gol pero al menos estaba fino en los pases. Con uno de ellos dejó solo a Messi ante Werner. El argentino no perdonó para que el Barça llegara a la media docena.

Ya respiraba tranquilo Valverde, que aún tardaría un poco en introducir cambios. Aunque, por fin, se pudo ver a los nuevos. Apareciero­n Lenglet, que debutó en la Liga de blaugrana, Vidal y Arthur, que ejerció de pivote. Pero los que pusieron la guinda fueron Alba, con el séptimo y Suárez, con el octavo, de penalti. El Barça tiene dinamita.

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MONTSE GIRALT Jordi Alba se abraza a Messi, en presencia de Suárez y Arturo Vidal, después de marcar a pase del argentino

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