La Vanguardia

Emilie Bouvard

París expone pinturas nunca vistas en la capital

- ÓSCAR CABALLERO París. Servicio especial

COMISARIA ARTÍSTICA

Emilie Bouvard, Coline Zellal y Juliette Degennes son las comisarias de Picasso, obras maestras, una exposición en la que reúnen en el Museo Picasso de

París algunos de los cuadros más representa­tivos del prolífico pintor.

Pablo Ruiz Picasso (1881-1973) pintó su primera obra maestra con 16 años, la última a sus 84. Así lo entiende el Museo Picasso-París, que a

partir de mañana presenta Picasso. Las obras maestras (Picasso. Les

chefs d’oeuvre). Entre Ciencia y Caridad (1897), donado en 1970 por el artista al Museu Picasso, y La tête ,de 1972, un recorrido en 15 capítulos, en torno a dos decenas de obras maestras. Por ejemplo, Las señoritas de Avinyó, las bañistas, los arlequines,

La cabra... El reconocimi­ento crítico es la clave de tal calificaci­ón, según Emilie Bouvard, Coline Zellal y Juliette Degennes, las tres comisarias.

El recorrido “pretende esclarecer qué sentido tiene la noción de obra maestra referida al prolífico Picasso. Obras tan heterogéne­as como su propósito de alterar jerarquías, desde su temprano interés por objetos africanos que nadie clasificab­a como arte, hasta la insistenci­a por excluir de su escultura los materiales considerad­os nobles”.

Pero ¿cómo pasa un cuadro, una escultura, de objeto a obra maestra? ¿Qué sentido tenía esta noción para Picasso? En el 1200 y hasta hoy en Francia, los gremios culminan su aprendizaj­e del oficio con una realizació­n que muestre lo que han aprendido: la obra maestra. En el siglo XVIII tal concepto pasó al arte.

En el catálogo de la exposición, Bouvard cita las Antimemori­as ,de André Malraux: “La obra maestra garantiza la genialidad del autor. Pero no todo genio deja una obra maestra”. La eclosión dependería –Malraux dixit– de una necesidad vital que trasciende al autor. Y también de condicione­s preexisten­tes que encuentran la coyuntura adecuada y la mano que les permite existir.

Los franceses dicen que el azar nunca es casual. Otra referencia literaria –y arranque de la exposición– es La obra de arte desconocid­a ,el cuento que Balzac escribió en 1831 –lo habría enemistado con su amigo de infancia, Cézanne, quien se dio por aludido– y que en 1846 integró a

La comedia humana.

En 1931, el marchante Ambroise Vollard propone a Picasso ilustrar una edición del cuento. Frenhoffer, el viejo maestro que, desesperad­o por no arribar a la obra maestra se suicida, fascinó al malagueño. El taller que Frenhoffer incendia para inmolarse estaba en la Rue des Grands Augustins. Allí mismo –hoy lo recuerda una placa–, Picasso pintará el Gernika.

“La puesta en escena

del artista en pleno trabajo –recuerda Coline Zellal– atraviesa toda su obra. Sus numerosos autorretra­tos, solo o en compañía del modelo, constituye­n otras tantas reflexione­s sobre la creación. Siempre en pos de nuevos modos de expresión, consagró su vida a una búsqueda muy parecida a la de Frenhoffer”.

Y su colega Juliette Degennes, apunta: “Si bien ignoramos cómo juzgaba Picasso la recepción crítica de su trabajo, la suscripció­n a Lit-Tout, agencia de recortes de prensa, revela su interés por lo que se publicaba sobre él y su trabajo”.

“¿Qué tela elegiría para que le sobrevivie­ra ?”, le preguntaro­n el 21 de octubre de 1966 en la radio nacional francesa. “Es difícil responder. Cada obra fue realizada con las intencione­s del momento, de la época, del estado de ánimo. Cuando sucede Gernika pinto Gernika”.

Pero Picasso es también aquel que dijo: “Yo no busco, encuentro”. Y, como analiza Buvard, “con Picasso emerge una nueva idea del genio, contemporá­nea. No sólo es genial aquel extraordin­ariamente dotado, en sus gestos y competenci­as –y Picasso lo estaba–, sino quien descubre, tiene el ojo, sabe combinar, echar unas pinceladas que bastan para hacer obra, manejar la tierra, la piedra litográfic­a o el agua fuerte. Como un alquimista. O un investigad­or científico”.

Picasso estaba “extraordin­ariamente dotado”, como puede constatar cualquier visitante del Museu Picasso. Pero si el reconocimi­ento llegó pronto (Ciencia y Caridad: mención de honor en la exposición general de Bellas Artes de Madrid y medalla de oro en la de Málaga), Las señoritas de Avinyó, entre 1907 y 1916, cuando por fin llama la atención en el Salon d’Antin parisino, duerme en un rincón del taller. “Es como si nos quisieras hacer comer estopa –le dice su cómplice Paul Braque, cuando la descubre– o beber petróleo”. El modisto Jacques Doucet la compra en 1924 por insistenci­adeAndréBr­eton,delosprime­rosque habla de obra maestra. Y lo refrenda como en tantos casos el MoMA, que la integra en 1939 a sus coleccione­s.

Dos años antes, el 8 de febrero, los franquista­s ocupan Málaga. El 10, 12 y 18 de aquel mes Picasso pinta tres inquietant­es escenas de playa: monumental­es bañistas, cuerpos deformes y paleta mineral, paisajes reducidos a pocos trazos. Tres obras nutridas de actualidad y de los diálogos de los veranos 1936-1937 con Dora Maar, motor también del Gernika,

y con los surrealist­as Paul Eluard y Man Ray. Tres cuadros por primera vez reunidos, en el Picasso de París, gracias a un acuerdo con Bellas Artes de Lyon y la Fundación Peggy Guggenheim (Venecia), que sumaron su generosida­d a la de los museos Picasso de Antibes, Barcelona y Málaga, al madrileño Thyssen, la Tate de Londres, la Fundación Palau i Fabre (Caldes d’Estrac), el Kunstmuseu­m Basel (Basilea) y, en París, el Louvre y el Pompidou. Además de coleccioni­stas que prefieren el anonimato.

El fabuloso archivo Picasso en poder del Museo de París –unas 200.000 piezas documental­es y 17.000 fotografía­s– sirvió a las comisarias para situar las obras escogidas, “desde las condicione­s de su realizació­n hasta la recepción crítica”.Yapartirde­laideadequ­e,“alolargo del siglo XX, de la tradición académica hasta las revolucion­es modernas, las búsquedas obstinadas del artista español cambiaron radicalmen­te los contornos de la noción de obra maestra”.

Su biógrafo y amigo Palau i Fabre (1917-2008) deja una frase guía, en el décimo alto de la exposición, que le está dedicado: “Mirar la producción de Picasso, descubrir su obra, ha de generar siempre una euforia benefactor­a, porque él es, por encima de todo, vital”.

LA COMISARIA ZELLAL

“Sus autorretra­tos son reflexione­s sobre la creación, en pos de nuevos modos de expresión”

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 ??  ?? MúsicoEsta obra está datada en Mougins, en 1972, la población de la Costa Azul donde Picasso falleció
MúsicoEsta obra está datada en Mougins, en 1972, la población de la Costa Azul donde Picasso falleció
 ??  ?? El segador Uno de los bronces que el artista esculpió en su taller del castillo de Boisgeloup, en 1943, cerca de París
El segador Uno de los bronces que el artista esculpió en su taller del castillo de Boisgeloup, en 1943, cerca de París
 ??  ?? Fotografia Imagen de Soichi Sunami del Gernika y La danza ,enla exposición del MoMA de 1952
Fotografia Imagen de Soichi Sunami del Gernika y La danza ,enla exposición del MoMA de 1952
 ??  ?? Mujeres en el aseo. Tela de gran formato elaborada con papeles encolados y gouache (París, 1937)
Mujeres en el aseo. Tela de gran formato elaborada con papeles encolados y gouache (París, 1937)

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