Qamar Yaued Bayua
JEFE DEL ESTADO MAYOR PAKISTANÍ
El ejército de EE.UU. ha decidido cancelar su ayuda anual de 300 millones dólares a Pakistán al considerar que este país no hace suficiente para combatir los grupos terroristas que mantienen bases en su territorio.
El ejército de Estados Unidos anunció ayer que cancela su ayuda anual de 300 millones de dólares a Pakistán al considerar que este país no hace suficiente para combatir a los grupos terroristas que operan desde su territorio.
El Pentágono solicitó a principios de verano la autorización para destinar este dinero a “otras prioridades urgentes”, declaró un portavoz del Pentágono, el teniente coronel Koné Faulkner. El Congreso, que tiene la última palabra, debe todavía pronunciarse.
El anuncio llega a pocos días de que el secretario de Estado, Mike Pompeo, visite Islamabad. Pompeo viajará este miércoles a Pakistán para reunirse con el nuevo primer ministro, Imran Khan, en un encuentro que será ahora todavía más tenso de lo esperado.
El ministro de Exteriores pakistaní, Shah Mahmud Qureshi, insistió ayer en que la lucha contra el terrorismo en la región es un “objetivo compartido” y dijo que se propone “resucitar” las relaciones con EE.UU., que acusó al anterior gobierno de haber deteriorado. Quiso puntualizar, sin embargo, que los 300 millones de dólares cancelados por Washington no son ayudas sino “un reembolso” del llamado Fondo de Apoyo de la Coalición, establecido en el 2001 por EE.UU. para compensar a Pakistán por su colaboración en la ofensiva contra el Afganistán de los talibanes. “Este es un dinero que Pakistán gastó de su bolsillo y que ellos tenían que reembolsar”, aseguró el ministro en una rueda de prensa.
Hace tiempo que los estadounidenses acusan a Pakistán, una suerte de aliado obligado en la región, de pasividad, cuando no connivencia, con grupos terroristas que tienen sus bases en territorio pakistaní y perpetran atentados sobre Afganistán, a menudo contra tropas estadounidenses.
Pero Donald Trump ha elevado considerablemente el tono. “EE.UU. ha entregado tontamente más de 33.000 millones de dólares en ayuda a Pakistán en los últimos 15 años y a cambio ellos no nos han dado nada salvo mentiras, tomando a nuestros líderes por idiotas. Han dado cobijo a los terroristas que perseguimos en Afganistán y no nos han ayudado. ¡Ya basta!”, tuiteó el presidente estadounidense en enero, en su primer mensaje del año. Aquella misma semana, su Gobierno anunciaba que suspendía la ayuda a Pakistán a la espera de que Islamabad tomara medidas.
Medio año después, parece que los pakistaníes no han sabido convencer a los estadounidenses de que se habían tomado la amenaza en serio. El portavoz del Pentágono declaró ayer que se ha decidido cerrar el grifo definitivamente ante “la falta de acciones decisivas” por parte de Pakistán.
Islamabad siempre ha negado las acusaciones pero sus explicaciones han resultado poco convincentes a ojos de muchos analistas militares. No ayudó que en el 2012 Osama bin Laden fuera descubierto –y muerto a tiros por un comando de los Navy Seals– en la ciudad de Abbotabad, a sólo 120 kilómetros de Islamabad, donde llevaba años viviendo.