Un atentado islamista junto a un colegio causa seis muertos en Somalia
El grupo integrista somalí Al Shabab vuelve a fustigar la zona del cuerno de África tras un periodo de relativa calma. Ayer, en un atentado con coche bomba, segó la vida de seis personas, entre ellos dos niños, junto a un edificio gubernamental en Mogadiscio. El terrorista intentó embestir con el vehículo un puesto de control, pero los guardias lograron detenerlo. El conductor activó entonces la bomba, cerca de un colegio.
Los tres soldados que custodiaban el puesto de control fallecieron en la explosión. Los otros tres eran dos niños que salían del colegio y un adulto. Otras catorce personas, entre ellas seis niños, se encuentran muy graves y en cuidados intensivos. Entre los civiles heridos también figura un cargo gubernamental, el vicedelegado del distrito, que se dirigía a las oficinas que eran el objetivo inicial del ataque.
Muchos de los heridos eran estudiantes de la escuela islámica que se vio alcanzada de pleno por la explosión. Los equipos de rescate no descartaban anoche que pudiera haber más víctimas entre los escombros. La fuerza de la detonación afectó a varios edificios, entre ellos una mezquita, cuyo techo se vino parcialmente abajo.
Un portavoz de la policía, el capitán Husein, confirmó inmediatamente que el grupo islamista Al Shabab, vinculado con Al Qaeda, estaba detrás del atentado.
Los guerrilleros islamistas se han reconvertido en un grupo terrorista, tras perder sus principales bastiones y después de unos años en los que habían ocupado buena parte del país. Somalia es un país destrozado por la inseguridad y violencia desde 1991.
Los ataques a la capital, Mogadiscio, han sido habituales en el pasado y casi siempre con una potencia inusitada. El octubre anterior hicieron estallar un camión cargado de explosivos. La potencia fue tal que destruyó un edificio y mató a más de 500 personas. Este último año, sin embargo, los integristas habían mantenido una relativa calma,
Somalia parecía entrar en una senda de mayor seguridad.
Actualmente se encarga de la seguridad una fuerza conjunta de la Unión Africana bajo la supervisión de la ONU. El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas votó hace unas semanas a favor de que se redujera paulatinamente este destacamento ante la relativa calma. Las desmovilizaciones debían empezar el próximo octubre en una primera fase hasta febrero. Y en diciembre del 2021 se completaría la retirada. Las tropas gubernamentales asumirían entonces plenamente el control.
Para algunos observadores, estos cuatro años parecen un plazo quizá demasiado optimista a la vista de los acontecimientos.