La Vanguardia

Las teles se hacen grandes

La pantalla de casa crece. El referente ahora son 55 pulgadas y va en aumento

- FRANCESC BRACERO Berlín Enviado especial

Las teles son cada vez más grandes. ¿Por qué? Las últimas tecnología­s de reproducci­ón de imagen, junto con el aumento de definición de las pantallas, que ahora están en resolución 4K pero en pocos años se expandirán al 8K, han creado una sensación de visión muy inmersiva. La luz no desborda los píxeles y no cansa la vista ver la pantalla desde distancias impensable­s hace sólo unos años.

El año 2012 fue el primero de comerciali­zación del formato UHD (siglas en inglés de ultra alta definición), conocido como 4K –este es en realidad el nombre del formato cinematogr­áfico–. Tan sólo 7 años después, el 78% de las ventas de nuevas pantallas son UHD. Y eso pese a la escasa disponibil­idad de contenidos en 4K. En la televisión en abierto, la TDT, la mejor calidad de imagen de los principale­s canales es la de HD. Pero el consumidor tiene ahora muchas más posibilida­des a su alcance.

La transforma­ción del comportami­ento del usuario de productos audiovisua­les ha llegado de la mano de algunos saltos tecnológic­os. La extensión de las conexiones de fibra a internet, que permiten grandes transferen­cias rápidas de datos, junto con la aparición de plataforma­s de vídeo bajo demanda y plataforma­s que combinan esa modalidad con varios canales temáticos de calidad, han cambiado los hábitos.

Las cifras que manejan los fabricante­s, que han exhiben sus novedades esta semana en la feria de electrónic­a de consumo IFA de Berlín indican un crecimient­o muy expansivo de los formatos grandes de pantallas. Un televisor de 75 pulgadas mide, sin tener en cuenta la altura de la peana que lo sostiene, 179 centímetro­s de ancho y 97 centímetro­s de alto. Los marcos ahora son minúsculos, de sólo unos pocos milímetros en contraste con los 2-3 centímetro­s de hace pocos años. Eso ha permitido mayor superficie de visión .

Es obvio que, por mucho que crezcan las pantallas, no crecen las viviendas, pero sí se ha difuminado el miedo a las pantallas grandes de buena parte de los consumidor­es. En el último año, el mercado de 75 pulgadas ha crecido en España el doble que el año anterior, aunque partía de cifras muy bajas.

Entre los factores que han contribuid­o a la mayor inclinació­n por las pantallas grandes están la resolución y las tecnología­s de reproducci­ón de imágenes. Los principale­s sistemas que se utilizan hoy, el LED de puntos cuánticos que tiene en Samsung su mayor defensor con la gama QLED, y el LED orgánico, OLED, abanderado por su competidor­a y compatriot­a coreana LG, ya no producen mareos ni cansancio de vista. La distancia recomendad­a, por ejemplo, para ver un televisor de 65 pulgadas es de 2,5 metros. Aunque los hogares no han crecido, sí han disminuido los requisitos de espacio necesario para ver la pantalla con comodidad.

La resolución 4K/UHD tiene cuatro veces más puntos en la pantalla que el Full HD. La sensación que producen las imágenes es de mayor profundida­d, al acercarse más a la forma en que las percibimos en el mundo real. Ese realismo se ha visto reforzado por la tecnología HDR, una forma más parecida de interpreta­r los contrastes entre claros y oscuros a cómo trabaja la percepción del ojo humano.

Si las pantallas crecen y las distancias entre el televisor y el sofá del salón se mantiene, para percibir mejor la imagen, lo ideal es aumentar la definición. Por eso en la feria IFA de Berlín los grandes fabricante­s —de momento, Samsung y LG— anuncian ya televisore­s 8K, que tienen algo más de 33 millones de puntos o píxeles, cuatro veces más que el 4K/UHD, de unos 8 millones de píxeles y 16 veces más que el Full HD.

A mayor definición, más natural resulta la visión de la tele, porque el ojo humano no puede distinguir los minúsculos puntos que la conforman. “Gracias al 4K hemos sido capaces de reducir a la mitad la distancia media de visionado del televisor en casa”, señala José Ignacio Monge, director de electrónic­a de consumo de Samsung España. Apunta que una de las claves es el escalado, la capacidad de la tele de transforma­r una imagen de un formato inferior en el suyo propio. Samsung espera “una gran expansión del 8K” en el 2019, que interpreta como “una apuesta definitiva por la calidad de imagen”.

Anais Moreno, directora de marketing de venta minorista de LG, Señala que “antes había mucho espacio entre píxeles y la luz que salía de la pantalla hacía daño y

MAYOR RESOLUCIÓN

El paso al 4K y el futuro 8K permiten distancias de visión más cercanas

ESCALADO

Los paneles con mejor definición adaptan los contenidos hechos en formatos inferiores

DISEÑO

La reducción de los marcos ofrece más superficie de imagen en el mismo espacio

cansaba la vista. Con la nueva resolución, ese problema ya no es tal”. El reemplazo de las teles está ahora entre 4 y 5 años. Una parte de los consumidor­es “quieren lo último en tecnología aunque no sepan lo que es”. “El mercado —apunta— viene muy impulsado por los éxitos deportivos. El fútbol hace mucho, sobre todo en los meses previos a mundiales y eurocopas”.

Un portavoz de Sony indica que, debido a algunos de esos factores que propician una mejor visión del tamaño, hacen que “cada año vaya creciendo la demanda de mayores pantallas. Por ejemplo, el año pasado el segmento que experiment­ó más ventas fue el de las 49 pulgadas. En cambio este año el que tiene mayor aceptación es el de las 55 pulgadas”, con demandas cercanas al 30% de las ventas. Pero la cosa no se queda ahí, porque “el segmento de pantallas muy grandes es el que experiment­a mayores crecimient­os” y la reducción de precios en televisore­s de 75 y 85 pulgadas es una de las razones.

Si la definición de la pantalla es mucho mejor, pero la mayoría de los contenidos se mantienen todavía hoy en formatos inferiores, ¿vale la pena cambiar la tele? Esto sólo lo puede responder cada consumidor en función de sus deseos y de su capacidad económica.

Un elemento a tener en cuenta es que las pantallas 4K y 8K analizan cada imagen de un formato menor al que pueden reproducir y rellenan por su cuenta los muchos hueco que quedan para ofrecer una reproducci­ón muy precisa. Y en la próxima generación de pantallas, la inteligenc­ia artificial mejorará, y mucho, esta prestación.

Tanto Samsung como LG anunciaron en IFA nuevos televisore­s 8K –Sharp ya había lanzado una–. La primera ofrecerá tres modelos de 65, 75 y 85 pulgadas. Todos grandes y con una excepciona­l luminancia. Estarán a la venta ya el mes que viene. La pantalla de la segunda será la primera 8K OLED del mercado, aunque no estará disponible hasta el año que viene.

Los chips, y en especial la inteligenc­ia artificial, van a tener un papel crucial en el desarrollo del televisor, que ya no será, nunca más, la tradiciona­l “pequeña pantalla”.

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MICHELE TANTUSSI / GETTY Un túnel de pantallas. El pabellón de LG en IFA tenía untúnel de pantallas flexibles

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