Apoyar de verdad la innovación tecnológica
BARCELONA
El sector tecnológico ha crecido en los últimos años, haciendo de la ciudad uno de los top 5 hubs europeos para start-ups, según el Mobile World Capital. Tiene excelentes profesionales, grandes universidades y centros de investigación líderes. A pesar del crecimiento, la ciudad está lejos del tamaño de otros centros mundiales tecnológicos. La inversión por habitante en startups en 2017 fue de 50 euros en Barcelona, lejos de los 500 euros en
Berlín o los 2.600 euros en San Francisco.
El marco regulatorio frena el dinamismo en el sector tecnológico y el crecimiento de la economía colaborativa. La rigidez del mercado laboral, con contratos que no se adaptan a la flexibilidad horaria de la nueva economía, o la regulación que permite oligopolios en sectores como el transporte son frenos para la apuesta por la innovación en el sector privado.
NUEVA YORK / SAN FRANCISCO
El sector tecnológico en EE.UU. ha sido el motor de crecimiento económico de los últimos 30 años. Las plataformas online que conectan a proveedores de servicios con clientes vía internet han supuesto una revolución en la definición del empleo para los millennials. Según Forbes, el 36% de la fuerza laboral del país ya trabaja como freelance, en gran parte apoyada por estas plataformas que permiten conseguir clientes, adaptar el horario de la jornada laboral y tener la libertad de ser tu propio jefe. La irrupción afecta a todo tipo de sectores y niveles de especialización; la ingeniera de software (Upwork, Toptal), la educación (Udemy, Coursera), los servicios para el hogar (Handy, TaskRabbit) o el transporte (Uber, Postmates). Si bien el cambio requiere adaptación, hay predisposición por adaptar el sistema al beneficio de la sociedad.
‘TO DO’...
Si queremos que Barcelona sea líder en nuevas tecnologías, es necesario consensuar con todos los actores sociales afectados un nuevo marco que sea un catalizador de la innovación y proteja a los prestadores de servicios. Es preciso desarrollar contratos laborales pensados para la flexibilidad que brinda la economía colaborativa, acordados con todos los actores y con las garantías laborales que acordemos como sociedad. También es imperativo desarrollar una nueva realidad que permita incorporar gradualmente la competencia y el dinamismo en sectores regulados que gozan de dinámicas oligopolísticas que perjudican al consumidor. Barcelona tiene la oportunidad de liderar el crecimiento de la nueva economía, pero necesita que el poder legislativo lidere la consecución de consensos sociales que permitan la innovación.
EL MARCO REGULATORIO ACTUAL FRENA EL DESARROLLO TECNOLÓGICO
LA ECONOMÍA COLABORATIVA, MOTOR IMPORTANTE DEL EMPLEO
HAY QUE LIDERAR CONSENSO SOCIAL QUE PERMITA LA INNOVACIÓN