La Vanguardia

Alba cambia la hora

Ignorado por Luis Enrique, el lateral se reivindica fabricando dos goles y marcando un tercero con el Barça

- CARLES RUIPÉREZ

El viernes hubo dos intentos de cambiar la hora. El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, propuso que se deje de adelantar y atrasar una hora el reloj en la Unión cada vez que llega el invierno o el verano. Por su parte, Luis Enrique decidió, que para eso le han contratado en la Federación, que era el momento de dejar de llamar a Jordi Alba para la selección española, fijo desde que debutase en octubre del 2011. El lateral zurdo será el gran ausente con España, pero Jordi Alba siempre está presente en el juego del Barcelona.

Sobre todo cuando Leo Messi levanta la cabeza. El pase natural para el guante que tiene el argentino en su bota izquierda es a la zona de Alba y el 18 del Barça sabe perfectame­nte cuándo debe aparecer para que la conexión brote. Así es como Jordi Alba se ha convertido en el nuevo mejor socio del crack. Así es como contra el Huesca, el defensa –sí, el defensa– participó activament­e en dos goles y marcó un tercero, el séptimo del Barça.

Alba pasó en dos días de los infiernos del olvido al séptimo cielo del reconocimi­ento del Camp Nou, su casa. Espoleado o no por la polémica, habló en el campo, donde lo hacen los buenos jugadores. Cambió totalmente de hora. Puso su propio contador a correr. Quien lo quiera ver, ya lo verá. “Llevo muchos años en el Barça. Y la temporada pasada y ésta he empezado muy bien. Mi trabajo es hacerlo bien en mi club y estoy dando asistencia­s y marcando goles. Eso es lo que vale. El resto no depende de mí”, dijo tras su gran actuación.

Porque pocos laterales son tan profundos, sorprenden­tes y ofensivos como el dueño del carril izquierdo del Barcelona. Ayer el de L’Hospitalet cumplía 250 partidos con la camiseta blaugrana y reivindicó que no se puede dar por cerrada su etapa, que con 29 años aún tiene mucha cuerda. Lo celebró siendo clave. Alba fabricó el segundo gol, el que remontaba el tanto inicial del Huesca, asistió en el tercero, el de la tranquilid­ad momentánea, y remató en el séptimo.

Cuando ganó la línea de fondo en la jugada del 2-1,enseguida buscó a Messi para enviarle el pase de la muerte. Pero la defensa del Huesca también lo sabía y cerró bien las líneas del centro. Así que Alba intentó hacer rebotar la pelota en las piernas de Pulido para que acabase en su portería. Utilizó al rival como pared. Y le salió. Si antes combinó con Dembélé, después el que le lanzó a la carrera fue Coutinho. Luisinho rompía el fuera de juego y Alba sabía perfectame­nte qué debía hacer: centrar rápido a Luis Suárez. Una asistencia que además sirvió para revitaliza­r a un compañero al que le estaba costando ver puerta. Dos en uno.

En su gol, ya en la segunda parte, fue Messi, su socio telequinét­ico, quien le dejó ante el portero. Alba batió a Werner por debajo de las piernas con un disparo sin necesidad de control. El tanto tuvo dedicatori­a, pero no hacia quien los malpensado­s podían imaginar. El defensa se tapó los ojos con las manos y envió un beso a la cámara. “Era para mi niño, que es mi alegría cada día”, regaló a Piero, de 8 meses.

De sangre caliente, nadie puede dudar que a Alba le duele quedarse fuera. Luis Enrique quizás tenga atragantad­as unas declaracio­nes del zurdo de L’Hospitalet en las que afirmaba que era más feliz con Valverde que con su predecesor, que no era otro que el asturiano. Pero es que con el Txingurri dio 10 asistencia­s y jugó 48 partidos, tres más que su techo. “Claro que me gustaría ir pero es una decisión del selecciona­dor y hay que respetarla. Yo no tengo ningún problema a nivel profesiona­l con nadie –terció el blaugrana–. No sé muy bien lo que piensa de mí. Pero creo que si por méritos propios me lo gano, iré porque a la selección van los mejores. Han ido dos grandes jugadores como Marcos Alonso y Gayà”, dijo muy comedido, a lo suyo. Alba cambia de hora, recupera la sonrisa, aunque le toque descansar forzosamen­te.

MENSAJE CONCILIADO­R

“Mi trabajo es hacerlo bien en mi club. No tengo ningún problema con nadie. Creo que si me lo gano, iré”

 ?? MONTSE GIRALT ?? Ojos cerrados. Jordi Alba se tapó los ojos en la celebració­n de su gol para dedicársel­o a su hijo, Piero, de 8 meses. El sábado Pedro hizo un gesto parecido en Londres
MONTSE GIRALT Ojos cerrados. Jordi Alba se tapó los ojos en la celebració­n de su gol para dedicársel­o a su hijo, Piero, de 8 meses. El sábado Pedro hizo un gesto parecido en Londres

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