Hamilton saquea casa Ferrari
El inglés logra una soberbia victoria con adelantamientos sobre Vettel y Räikkönen
La vendetta se la está cobrando muy cara Lewis Hamilton. Sebastian Vettel y Ferrari tuvieron la osadía de asaltar el jardín del inglés, Silverstone, a principios de julio, dejando al 44 seriamente tocado, alejado del liderato a 8 puntos. Tocó fondo Lewis, que se aferró a su peculiar filosofía: “Dar la vuelta a la negatividad”. En Hockenheim se la devolvió a Vettel ganando en casa del alemán, y ayer el inglés replicó a Ferrari atizándole donde más le duele, en Monza. Hamilton saqueó el templo de la velocidad, la casa de la Scuderia, con una victoria rotunda, disuasoria: adelantando en pista, sin trucos, limpiamente, a los dos bólidos rojos. Una bofetada al orgullo ferrarista, que no gana en su feudo desde hace ya ocho años...
En esta era nefasta para Ferrari en su pista, Mercedes (5 victorias) y Hamilton (5) han sido sus bestias negras. Ayer el piloto inglés, saliendo de la segunda línea y con un coche superado ya en velocidad, se rió en la cara de sus rivales rojos, que monopolizaban las posiciones preferentes, con Räikkönen en la pole. No esperó a asestar el primer golpe. En la salida se pegó a Vettel y al llegar a la segunda chicane, la Variante della Roggia, robó la cartera al alemán. Vio que el Ferrari número 5 dudaba unos instantes, frenado detrás de Kimi, y Hamilton se coló por el exterior para llegar antes al ángulo y pasar al coche rojo, que se tocó y trompeó. Vettel acabó en el fondo del pelotón y pasando por boxes a cambiar el morro. Vuelta a empezar para Seb, desde el 18.º puesto, sin opción de vencer y asediar el liderato del Mundial.
No le quedó ni el consuelo de un castigo a Hamilton, ya que los comisarios no observaron ninguna acción punible. Vettel admitía su culpa. “Intenté atacar a Kimi, se defendió bien y no pude ir por el interior, no tenía donde ir, Lewis tuvo suerte de poder continuar y yo sufrí daños en el coche, tuve un trompo y todo fue ya cuesta abajo. Sí, creo que Hamilton me tendría que haber dejado más espacio”, se excusaba el alemán, que salvó como pudo los muebles escalando del 18.º al 4.º puesto, pero desaprovechó una ocasión única para apretar la pelea por el título, que se le complica por momentos. El liderato se le aleja a 30 puntos.
La maniobra espectacular de Hamilton, atrevida, limpia, ambiciosa, dio aire al inglés, que también rebasó a Räikkönen en la recta, en la siguiente vuelta. Pero el finlandés, salvando el orgullo ferrarista, le devolvió la jugada recuperando la primera posición en la segunda chicane.
Un comienzo de carrera de alto voltaje que no tuvo tregua. Tras fijar las posiciones, Kimi tirando, Lewis persiguiéndole de cerca (a entre 0,7s y 1,2s), Mercedes ganó la partida táctica a Ferrari con dos movimientos. Primero, con falsa parada. Simuló que preparaba a sus mecánicos para cambiar las gomas a Hamilton, Ferrari picó y llamó a Kimi para calzar los blandos. Lewis pararía 7 giros después, con la ventaja de disponer de gomas más frescas para el final.
El segundo movimiento lo hizo con Valtteri Bottas, que ejerciendo de escudero fiel frenó a Räikkönen lo suficiente para que Hamilton se acercase hasta su estela. Kimi se empezó a quedar sin gomas para el tramo final, con Lewis achuchando y buscándole los huecos.
A falta de 8 giros el inglés lanzó el ataque definitivo. Kimi, que se defendía con mérito del depredador, pero no pudo contenerlo en la segunda chicane. Lewis entró por fuera y le ganó el interior. Otra excelente maniobra para apuntarse la victoria y acercarse un paso más a la quinta corona. “Ha sido una de tus mejores carreras”, le felicitaba Felipe Massa, el entrevistador en el podio. “La negatividad es lo que me ha dado alas, tuve que aceptar el reto que me han dado”, decía el inglés, acordándose de Bottas. “Sin su ayuda no habría ganado”, reconocía.