De la naturaleza al saco
Gosbi, dedicada a la alimentación para perros y gatos, exporta a más de veinte países
Sus alimentos están inspirados en la dieta mediterránea y los perros y gatos los escogerían de forma natural para comer. Bajo estas premisas, Gosbi, empresa familiar de Vilamalla (Alt Empordà) dedicada a la alimentación para estos animales, lleva cinco años creciendo anualmente más del 30% en su facturación. Con una producción de 12 millones de kilos al año de pienso, la firma prevé superar los 19 millones de euros este ejercicio.
Hoy exporta el 40% de su producción a una veintena de países como China, Rusia, Italia, Polonia, Croacia, India, Francia o Kuwait. El objetivo es llegar al 65% a finales del 2020. El resto de la producción, se queda en España, donde cuenta con más de 2.200 puntos de venta. Gosbi comercializa únicamente a través del canal profesional, es decir, veterinarios y tiendas especializadas. “En el 99% de los casos, comercios y veterinarios ofrecen a sus clientes nuestro producto como primera opción”, asegura su propietario, Isaac Parés, quien destaca que “la calidad es nuestra prioridad”.
Sus alimentos, elaborados con productos de proximidad, están cocinados a fuego lento y a bajas temperaturas a fin de que los animales estén bien alimentados. La mayoría de recetas contienen unos 30 ingredientes diferentes (aproximadamente el 50% es carne o pescado). “El proceso está orientado a conseguir calidad en lugar de cantidad. Por eso hablamos de cocina más que de fábrica”, asegura Parés, quien asumió el relevo generacional de la firma en el 2002 y reconvirtió Rumillet, dedicada a la alimentación de animales de granja desde 1975, en Gosbi por la pasión que tenía por el mundo de las mascotas.
Gosbi, que dispone de un almacén, oficinas y un show-room ,se halla en pleno proceso de remodelación del almacén logístico, que se ha ampliado y dotado con un sistema de stock inteligente. En el primer trimestre del año que viene inaugurará una nueva fábrica de 15 mil m2 en la provincia de Huesca. Ambas actuaciones suponen una inversión de seis millones de euros y permitirán ampliar la plantilla de 50 a 70 trabajadores en 2019 y continuar con su crecimiento, ya que este año la empresa, que no produce marcas blancas, ha llegado a su tope.
Otro de los retos de la firma, que se diferencia por un diseño basado en ilustraciones y por mostrar en el envasado el porcentaje exacto de los alimentos, es la puesta en marcha en un año y medio de un refugio de animales abandonados en una finca en la Vall del Llémena. Entre sus productos innovadores destaca una línea de descanso con tecnología procedente del mundo de los équidos y un snack para perros 100% fruta, cuya producción proviene de un proyecto de economía social de Ghana (África ecuatorial). Una línea de higiene natural y latas y tetra bricks para los alimentos húmedos son otros de sus productos.
La firma ha ampliado y renovado el almacén y abrirá una nueva fábrica en Huesca el año que viene