Salvador Sunyer
El festival de Girona abrirá el 5 de octubre con 97 propuestas
DIRECTOR DE TEMPORADA ALTA
Salvador Sunyer presentó ayer la programación de artes escénicas de Temporada Alta, el festival que se celebra en Girona y Salt a partir del
4 de octubre. Conjuga las producciones propias con obras de reconocidos autores.
Jeanette y su famoso tema Soy rebelde, el festival de Eurovisión y el gran poeta italiano Giacomo Leopardi –“un pesimista cósmico”, como lo definió la consellera Laura Borràs– se colaron ayer por la puerta grande en la presentación del festival Temporada Alta. Un certamen que llega a su 27.ª edición y que desde el 5 de octubre y hasta el 10 de diciembre llevará casi un centenar de espectáculos a Girona y Salt.
A Leopardi lo citó una y otra vez el director del festival, Salvador Sunyer, para mostrar con los lúcidos pensamientos del gran poeta la capacidad de los clásicos de iluminar el mundo: ya a comienzos del siglo XIX observaba que “el progreso técnico y la modernidad mal aplicadas crean un vacío inmenso”. Una luz necesaria para un mundo a la deriva que espera que surja también de las muy diferentes miradas de los espectáculos que presenta Temporada Alta, y que abordan temas como las luchas obreras, la libertad de expresión, la homofobia, el racismo, el abuso de poder o el feminismo “tratados no como manifiestos políticos, sino como miradas de gente como Leopardi, que saben ofrecer una mirada más exacta”.
En cuanto a Jeanette y su Soy rebelde, son los protagonistas del impactante vídeo promocional de este año de Temporada Alta, en el que muy simbólicamente se ve un programa televisivo llamado La voz de España. En él una cantante, que es ni más ni menos que la eurovisiva Amaia, interpreta vestida de amarillo el tema de Jeanette –“Soy rebelde porque el mundo me ha hecho así, porque nadie me ha tratado con amor, porque nadie me ha querido nunca oír”–, con claras evocaciones a la situación política en Catalunya y España. Sunyer señaló que con él quieren abordar el tema de la libertad de expresión y sobre todo del miedo que se está instalando y que al final causa la autocensura.
Una autocensura de la que hay poca en el festival, que contará con muchos grandes nombres de la escena internacional entre los que destacan Thomas Ostermeier con En el corazón de la violencia, sobre la homofobia, Stefan Kaegi, con Uncanny valley, sobre la relación entre humanos y robots cada vez más humanos, Oskaras Korsunovas recuperando al necesario Bertolt Brecht en La boda de los pequeños burgueses o Alain Platel con Requiem pour L., sobre la muerte, mirada no sólo desde Europa sino también desde la perspectiva de los músicos africanos del montaje. Angélica Liddell volverá muy mística al festival con Génesis 6, 6-7 y entre las producciones propias del certamen Sunyer destacó el Macho man de Àlex Rigola, “un espectáculo muy duro sobre el feminicidio” a través de una instalación laberíntica con 12 estancias en la que sólo habrá ocho espectadores por pase.
La eurovisiva Amaia canta ‘Soy rebelde’ en el vídeo promocional del festival, que reivindica la libertad de expresión