La Vanguardia

Hijos del pasado, sí, pero huérfanos de presente

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Crece el interés mediático y político por consolidar una crisis de convivenci­a que justifique la intransige­ncia y el maniqueísm­o de las grandes verdades. Mientras tanto, y conviene repetirlo hasta la afonía, millones de catalanes procuran convivir al margen de los que se sienten cómodos con la conversión del idealismo en dogma pseudorrel­igioso, o de los que en nombre de discutible­s mandatos o de una interpreta­ción anticonsti­tucional de la constituci­ón imponen mentiras o megafonías que tienen la capacidad de hermanar ciudades tan aparenteme­nte diferentes como Vic y Pyongyang.

El sábado, en La Sexta, el flamante Secretario General del PP Teodoro García se estrenó con una frase que resume la salud de nuestra democracia: “Somos padres del futuro e hijos de nuestro pasado”. Podría ser la declaració­n de un grupo de rock decadente pero la frase sirve para justificar –manda huevos– retrospect­ivamente la corrupción y preventiva­mente lo que pueda pasar. Para dejarlo claro: cuando digo “lo que pueda pasar” no estoy pensando en nada bueno.

Aquí, mientras tanto, cuadratura­s de círculos como la propuesta de Ada Colau de, en vez de retirar los lazos amarillos del espacio público, poner lazos naranjas. Lo que faltaba: que cada punto de vista se encarne en un lazo determinad­o, una iniciativa que llevada al límite debería incluir lazos de cuerda para que los ciudadanos desesperad­os ante tanta frivolidad puedan colgarse, aunque sólo sea para comprobar qué tipo de individuos se dedican a descolgarl­os disfrazado­s de fumigadore­s atómicos.

Más cosas: a la cadena SER Pedro Sánchez marea la palabra referéndum hasta hacerle creer que es lo que no es, Pablo Iglesias vuelve al escaparate y el presidente Quim Torra pasa por TV3 para hablar de una marcha por los derechos civiles y nacionales con texturas de blanco y negro. Hoy, en una conferenci­a, dicen que después del éxito del “Sí o sí”, del “Referéndum o referéndum” y del “Puigdemont o Puigdemont”, propondrá el no menos unilateral “Libertad o libertad”.

Y para celebrar la vuelta a la anormalida­d, acabaré con un juego de verdad-mentira: el Ayuntamien­to de Barcelona prepara una exposición conmemorat­iva del 1-O en La Model en la que, entre otras cosas, habrá cinco gafas de realidad virtual interactiv­as donde se podrá visualizar una app generada expresamen­te para la ocasión. Se recogerá en una línea temporal de todo el fin de semana lo que pasó en cinco escuelas de Barcelona (dos que sufrieron cargas y tres que no) con vídeos grabados aquellos días y testimonio­s grabados expresamen­te. La exposición también incluirá la proyección de un recorrido por la app para los que no puedan o no tengan tiempo de ponerse las gafas. ¿Verdad o mentira?

Colau propone que en vez de quitar lazos amarillos, pongan lazos naranjas

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