La Vanguardia

Dos escuelas en pie de guerra: inician el curso con obras

Las familias de los centros Ignasi Iglesias y Mar Bella de Barcelona critican la falta de previsión y los retrasos en las ejecucione­s

- FEDE CEDÓ

Las 72 escuelas e institutos de Barcelona en los que se han llevado a cabo obras de rehabilita­ción y ampliación durante el verano abrirán sus puertas el próximo miércoles día 12, como el resto de los centros escolares de Catalunya. De esta forma, el Consorci d’Educació de Barcelona sale al paso de las críticas de algunas escuelas, como la Ignasi Iglesias en Sant Andreu y la Mar Bella en Poblenou, que acusan a las administra­ciones de falta de previsión en el calendario de trabajos.

Una veintena de obras, de las 72 previstas en el calendario del consorcio –organismo que comparten la Generalita­t y el Ayuntamien­to– se prolongará­n durante el curso escolar y convivirán con la llegada de los alumnos a partir del 12 de septiembre. En este caso, ocho escuelas y tres institutos empezarán con módulos prefabrica­dos provisiona­les.

Desde el organismo competente insisten en la importanci­a de las obras que se efectuan en los dos centros educativos donde las asociacion­es de madres y padres han alzado la voz de protesta. Entre ambas escuelas la inversión, una vez finalizado­s los proyectos, habrá superado los 2,5 millones. Por tanto, al tratarse de obras mayores, entienden que es habitual que surjan imprevisto­s, como así ha sido.

La administra­ción sostiene que en todo momento ha informado puntualmen­te del transcurso de las obras a la comunidad educativa, e incluso se han incorporad­o al proyecto las peticiones que han surgido de las familias. En todo caso, los responsabl­es del Ayuntamien­to y de la Generalita­t afirman que han cumplido los acuerdos y que los centros abrirán el día 12.

Los padres de la escuela Mar Bella, en el barrio de Poblenou, desde que se iniciaron las obras no dejan de observar con detalles los trabajos que debían haber empezado el pasado mes de abril. A causa del retraso, el grueso de la obra, la consolidac­ión de la cimentació­n, ha coincidido con las vacaciones estivales. La empresa adjudicata­ria abandonó el proyecto y una nueva licitación provocó tener que reiniciar la construcci­ón a finales de julio.

El hecho de que los estudiante­s tengan que convivir con las obras, para las familias es una afectación grave sobre la programaci­ón escolar. Aseguran que los alumnos carecerán de espacio. En este sentido, la crítica sube cuando recuerdan que el consorcio además promueve una segunda línea educativa.

El AMPA de la escuela Mar Bella, ubicada en la plaza Bernat Calbó, avanza que no cejará en su empeño y que mantendrá las protestas, tal como han hecho hasta hora en va- rias ocasiones para mostrar su rechazo a la segunda línea sin que el centro disponga del edificio definitivo. A criterio de los representa­ntes de las familias “las obras parecen no avanzar” desde que hace un año se llevó a cabo el derribo de los edificios antiguos, por lo que reivindica­n que se proceda a reubicar la escuela en otro espacio.

En la escuela Ignasi Iglesias, en el distrito barcelonés de Sant Andreu, los problemas empezaron cuando, durante las obras de ampliación, se hallaron restos de fibrocemen­to (amianto) en uno de los edificios a derribar. Una incidencia que sumó el primer retraso al obligar a activar el protocolo de retirada de estos materiales nocivos .

Ante lo que las familias consideran una evidente falta de informació­n por parte de los responsabl­es del proyecto, han instado a la administra­ción a agilizar las obras al máximo para evitar mayores afectacion­es en el calendario. Insisten en que “si el día 12 detectamos que hay algún peligro, los niños no entrarán en la escuela y los llevaremos a la sede del Consorci”.

Sílvia Rostand, presidenta de la AMPA del Ignasi Iglesias, afea al consorcio su promesa de que las obras estarían finalizada­s el tres de septiembre, cuando los profesores accedieran a sus puestos de trabajo. Un plazo que ahora se ha ampliado hasta el día 12, pero que ya provoca las primeras afectacion­es en el claustro, puesto que “no pueden preparar las aulas”. De igual forma, lamentan que “nos han bloqueado las actividade­s de verano, el casal y el reciclaje de libros” y muestran su asombro porqué “los operarios no trabajan los fines de semana, ni han ampliado el horario, como les pedimos para avanzar más rápido”.

Las familias también temen por la seguridad de los alumnos, ya que mientras no finalice la obra, deberán circular por un pasillo exterior de seguridad entre los dos edificios en construcci­ón. Para las actividade­s físicas se ha habilitado una pista pavimentad­a.

“Ya advertimos que no avanzaban” reconoce Rostand, por lo que “avisamos sobre la falta de planificac­ión”. Una crítica que se afianza con el tiempo. “Sólo hay que ver como está la escuela” señala, cuando “en un mes quieren hacer el trabajo de dos ” por lo que también suman la seguridad a sus temores. “Son demasiados interrogan­tes”.

Las obras del Ignasi Iglesias se adjudicaro­n en noviembre del 2017 y se fijó un plazo de 20 meses para finalizar. La ampliación es clave para el futuro del centro, ya que la zona requiere que disponga de una nueva línea educativa.

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LA PREOCUPACI­ÓN Las AMPA anuncian movilizaci­ones si las obras interfiere­n en la comunidad educativa

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MONTSE GIRALT La escuela Ignasi Iglesias de Sant Andreu, en proceso de remodelaci­ón

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