Japón presiona para abrir la veda de las ballenas
Fuerte presión de Japón para reanudar la caza comercial de estos cetáceos
Japón ha venido presionando fuertemente hasta el último momento para abrir la espita y poner fin a la actual moratoria que prohíbe la caza comercial de ballenas, en vigor desde 1986. Su controvertida propuesta se discute hoy en la última jornada de la conferencia de la Comisión Ballenera Internacional (CBI) que se clausura en Florianópolis (Brasil). El gobierno japonés ha querido llevar hasta el extremo su insistencia para abrir de par en par los mercados de la carne de ballena. Tiene pocos visos de tener éxito, pero ha generado tanta tensión que ha obligado a los países conservacionistas a movilizarse ante la insistencia del país asiático.
El argumento del gobierno japonés es que ya no hay una razón científica para mantener la prohibición de cazar ballenas de manera comercial, pues buena parte de sus poblaciones se han recuperado hasta un nivel que permite la caza comercial. “Queremos una cuota para aquellas especies de ballenas cuyas poblaciones presentan un estado saludable según el comité científico de la CBI”, señaló al inicio de la conferencia Hideki Moronuki, portavoz de la Autoridad de Pesca de Japón. El país asiático quiere que se permita la captura comercial de algunas especies, como el rorcual aliblanco, del que se estima que hay un número abundante de ejemplares.
Japón propone crear un comité de caza sostenible de ballenas que permitiría a cada país establecer cuotas de caza con mayoría simple. El plan cuenta con el apoyo de Noruega o Islandia, entre otros países. Sin embargo, choca con la postura de Brasil, Australia, países hispanoamericanos y la Unión Europea. El argumento de estos países es que ballenas siguen siendo vulnerables y estiman que las matanzas de estos cetáceos son inaceptables e injustificadas en pleno siglo XXI. No obstante, para conseguir la aprobación la propuesta debe contar con el voto a favor d pa ses a (tres cuartas partes de los representados), algo que parece in alcazable.
El debate e produce en un momento en qu Japón sigue cazando ballenas, al capturas en legal de a C
si se hace con fines de investigación
este ar umento es una argucia lega que permite sostener un de comerci ballenero.
Frente a la postura de Japón, un nutrido grupo de países,
con las posiciones conservacionistas, ostiene que la caza de ballenas en trado como manejar, inc
“Una y otra vez, las especies han sido lle
señal Patrick Ramage, director de co el Fondo I Bienestar Animal, a la agencia AFP. Japón (co
ha ven do cazando ballenas desde hace s glos y ha contribuido de manera destacable a esquilmar estas poblaciones.
La sobreexplotación llegó a ser tan intensa que la CBI acordó en 1986 una moratoria indefinida para la caza comercial, con el fin de favorecer su recuperación. En los últimos años, el consumo interno de carne de ballena en Japón ha disminuido, pero este país se ha venido autoadjudicando entre 200 y 1.200 ejemplares, con el argumento de que la caza se hacía por fines
ejemplo, se atribuyó una cuota de 333 ejemplares (un tercero de la cantidad que se anotó antes de la Corte Internacional de Justicia dictaminara en 2014 que su programa no era de naturaleza científica). Tras revisar este programa, Japón retomó sus capturas en el 2016.
Los grupos conservacionistas resaltan que el programa de investigación científica es una mera tapadera para sortear la caza comercial de ballenas, ya que la carne finalmente se comercializa en el mercado.
Hoy las poblaciones de ballenas son evaluadas de manera cada vez aún en peligro porque no se han recuperado de la sobreexplotación pesquera (como la ballena franca boreal o la ballena franca del Pacífico Norte). Pero, aunque se ha aflojado la presión pesquera, sufren nuevas amenazas: contaminación por plásticos, enredos con artes de pesca, riesgo de colisión con busques…
La iniciativa de Japón tiene pocos visos de tener éxito.
De hecho ayer, la CBI aprobó un documento (la Declaración de Florianópolis) en el que se da un respaldo a la moratoria a la caza de los cetáceos, lo que hace presagiar que la propuesta de Japón no prospe- obtuvo ayer 40 votos a favor, 27 en contra y 4 abstenciones. Sin embargo, esta Declaración conservacionista fue presentada como un asunto administrativo (con finalidad política, pero no tiene valor normativo). Además, el hecho de que no obtuviera el respaldo de tres cuartas partes de los representantes de la asamblea (como requieren los acuerdos ejecutivos) le restó fuerza política. Y hace que las espadas de los dos bandos sigan todavía en alto.
La Declaración de Florianópolis avala las tesis de que la caza de ballenas “ya no es una actividad económica necesaria” y que la explota-
ción “ha reducido sistemáticamente las poblaciones de ejemplares a niveles peligrosamente bajos”. Pero sobre todo pone en entredicho la caza con fines científicos, que “dejó de ser una alternativa válida para responder a las dudas científicas ante la existencia de abundantes métodos de investigación no letales”, asegura el documento..
Y Estados Unidos está de acuerdo en que la prohibición sigue siendo necesaria para garantizar la conservación. Los australianos, por su parte, ven impropio del siglo XXI reanudar la caza comercial, según explicó Anne Ruston, su ministra de Desarrollo Internacional. “No queremos ver a ninguna ballena muerta, ya sea por la caza comercial o por la llamada caza científica”, sentenció.
“La propuesta de Japón tiene un procedimiento poco sólido y llevaría a la Comisión Ballenera Internacional de vuelta a los tiempos en los que se realizaban capturas insostenibles de ballenas”, abunda en estos argumentos Luis Suárez, responsable del Programa de Especies de WWF España.
Aimée Leslie, coordinadora del
programa de conservación de cetáceos y tortugas marinas de WWF, explica este diario que es “muy poco probable” que prospere la iniciativa nipona por falta de apoyo. El “peligro”, para esta experta, es que Japón abandone la CBI. Este siempre ha sido un asunto latente, aunque se considera “poco probable” que paso.
La iniciativa de Japón cuenta con el apoyo de Noruega, que reanudó la caza comercial en 1993 invocando una objeción a la moratoria ballenera. El otro aliado es Islandia, que se salió de la CBI en 1992, pero volvió a entrar en est organización en el 2004 y ha vuelto a la cazar comercial. Tras su controvertido regreso, autorizado en una reñida votación, Islandi invocó también esa objeción par seguir cazando. “De todas maneras, la gran amenaza para las ballenas procede de Japón, que desea mantener esa actividad industrial porque, aunque está en retroceso, es tradicional y se asocia a su soberanía como estado”, señala
Luis Suárez.
Otra resolución que podría ser polémica durante las negociaciones es la propuesta sobre la caza de comunidades aborígenes. Estas actividades tradicionales se efectúan en Rusia y Groenlandia. Uno de los borradores de la resolución propone cambios sustanciales en el funcionamiento de la comisión; como el que ofrece a los países la posibilidad de extender las cuotas cada seis años de manera automática sin que sea necesaria la aprobación de la CBI, y en base únicamente al consejo científico. En la conferencia se ha rechazado, sin embargo, la propuesta de Brasil de crear una reserva de ballenas en el Atlántico Sur, así como resoluciones para luchar contra la pesca fantasma o la contaminación acústica.