La Vanguardia

La reforma de Sánchez no suma apoyos en el Congreso

OeToda la oposición, excepto el PP, quiere cambios más amplios en los aforamient­os oeEl PSOE asume las dificultad­es de lograr una mayoría viable

- JUAN CARLOS MERINO Madrid

Nada mejor que la reaparició­n del expresiden­te José María Aznar, ayer por la mañana en el Congreso, para devolver el lustre perdido al Gobierno de Pedro Sánchez. Pero, ya por la tarde, el hemiciclo debatió y votó diferentes iniciativa­s de distintos grupos que pusieron en evidencia, en medio de la incansable esgrima parlamenta­ria, la difícil navegación de Sánchez frente a las embestidas del PP y Cs, y ante la complejida­d de volver a reunir la misma mayoría absoluta que tumbó a Mariano Rajoy.

Después de que la víspera el presidente del Gobierno buscara recuperar la iniciativa, intentando arrebatar a Albert Rivera la bandera de la supresión de los aforamient­os de los políticos, todos los grupos anticiparo­n ayer su posición al respecto, al debatir y votar una moción de Cs a favor de suprimir los “aforamient­os políticos”. Y la conclusión es que la reforma constituci­onal que propone Sánchez para limitar los aforamient­os tendrá muy serias dificultad­es para triunfar. “No será difícil, será imposible”, alertan incluso algunos veteranos del PSOE, tras las posiciones que fijaron todos los grupos en la moción de Cs. “Para abordar ni más ni menos que una reforma constituci­onal, aunque tengas mayoría absoluta y sea exprés, tienes que consensuar­lo previament­e. Si sólo tienes 84 diputados, y ni lo hablas con los posibles socios, es imposible”, advierten.

La moción de Cs resultó aprobada –pese a que no tiene ningún valor legislativ­o–, y sumó al PSOE y al PP. Es la primera vez que estos tres partidos, pese a su guerra sin cuartel, votan lo mismo en los cien primeros días de mandato de Sánchez. El resto de la Cámara –los aliados de Sánchez que tumbaron a Rajoy– se abstuvo. Pero lo cierto es que tanto Pablo Casado como Albert Rivera ya advirtiero­n de su rechazo a la “cortina de humo” que atribuyen a la iniciativa del presidente del Gobierno.

Una iniciativa que tampoco contaría con el respaldo de los posibles aliados del PSOE, ya que el Unidos Podemos, Compromís, el PNV o ERC reclaman suprimir también la inviolabil­idad del Rey, o que una reforma de la Constituci­ón culmine en todo caso con un referéndum popular que lo ratifique. Esta es una exigencia de Podemos, para que

EL RECHAZO DE PP Y CS

Rivera tacha la idea de Sánchez de “tomadura de pelo” y Casado “no morderá el anzuelo”

nunca más vuelva a ocurrir como en el 2011, con la reforma exprés que pactaron Zapatero y Rajoy para blindar la regla de gasto. “¡Nada de referéndum­s!”, replican en cambio algunos ministros de Sánchez. Porque los referéndum­s, ya se sabe, los carga el diablo. Y máxime si se abre el melón constituci­onal.

El propio Rivera, que ahora llama “doctor Sánchez” al presidente del Gobierno para que no se olvide la polémica de su tesis, fue el primero en revolverse contra su sorpresivo anuncio de la víspera: “¡Es una tomadura de pelo!”, clamó. El líder de Cs defiende la supresión de los aforamient­os, sobre todo, ante los delitos de corrupción, mientras que la propuesta de Sánchez excluye los delitos cometidos en el ejercicio del cargo público. Pero el propio PSOE se encontró en un aprieto, pues pese a que no tiene ningún interés en apoyar nada de Cs, difícilmen­te podía votar contra una moción que, pese a que tiene otro alcance, apunta en la misma dirección que el anteproyec­to de ley que se propone aprobar este próximo viernes el Consejo de Ministros.

Y el líder del PP, Pablo Casado, quien a su vez piensa que es un simple ataque ante su polémico máster bajo investigac­ión judicial, también rechazó la iniciativa de Sánchez: “¡No vamos a morder el anzuelo!”, replicó. No hay que olvidar que el PP sigue disfrutand­o de la mayoría absoluta en el Senado que necesitarí­a Sánchez para que su reforma constituci­onal triunfe. El PP, en cambio, respaldó la moción de Cs, si bien presentó una enmienda en la que demandó numerosas garantías previas antes de suprimir los aforamient­os, incluida la creación de una ponencia en la comisión constituci­onal del Congreso, lo que eternizarí­a su tramitació­n. “¡La Corona no se toca!”, advirtió además el PP.

Entre tanto, el Gobierno aprovechó ayer por sorpresa un resquicio legal para poder acelerar la vía para eludir el veto que el PP impondrá en el Senado para que Sánchez pueda

UNA REFORMA MÁS AMPLIA Unidos Podemos, el PNV, Compromís o ERC exigen suprimir la inviolabil­idad del Rey

LAS CAUTELAS IMPUESTAS “¡Nada de referéndum­s!”, clama el Gobierno; “¡La Corona no se toca!”, añade el PP

aprobar sus primeros presupuest­os del Estado. Pese a que el Congreso también aprobó ayer la toma en considerac­ión de la reforma de la ley de Estabilida­d Presupuest­aria que aprobó el Gobierno, que ahora iniciará una lenta tramitació­n, el objetivo de la jugada parlamenta­ria es acelerar los plazos. Y lo hizo a través de una enmienda a una ley para impulsar la lucha contra la violencia de género, lo que lograría la reforma exprés de la ley de Estabilida­d, de forma que si el Senado veta el proyecto de presupuest­os, pueda volver al Congreso y obtener luz verde. La artimaña es evidente, pero en la guerra vale todo. “Es una vía perfectame­nte legal y constituci­onal, que se ha usado muchas veces”, defienden en el grupo socialista.

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J.P.GANDUL / EFE Las ministras de Industria, Reyes Maroto, y de Hacienda, María Jesús Montero, en el pleno del Congreso
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EFE Adriana Lastra, portavoz del PSOE, y Jordi Xuclà, del PDECat, conversan en el pleno del Congreso

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