Acampada inoportuna.
La acampada de plaza Sant Jaume es incompatible con la Mercè
La protesta independentista en la plaza Sant Jaume continúa a pesar de la proximidad de la Mercè. La Generalitat dice que el desalojo no es competencia suya, y el Ayuntamiento espera llegar a un pacto con los concentrados.
En los tiempos en los que el Barça celebraba al bote en los balcones del Ayuntamiento y de la Generalitat la consecución de sus escasos éxitos se llegaron a decir auténticas barbaridades sobre la extraordinaria afluencia de público a la plaza Sant Jaume. Posteriores estimaciones han situado la capacidad del foro barcelonés entre las 6.000 personas (apretadas) y las 10.000 (apretadísimas). Eso cuando no hay obstáculos que reduzcan el aforo. Es lo que sucede estos días. Desde el pasado Onze de Setembre, la acampada independentista por la república catalana ocupa una buena parte de la plaza. Y la Mercè pide paso. Necesita aire para respirar, para moverse.
Ayer ya era bien visible en la plaza mayor de Barcelona la situación creada por el montaje del gran escenario donde, a partir del viernes y hasta el lunes, día 24, tendrán lugar algunos de los actos de la fiesta de la copatrona de la ciudad. La cohabitación entre los actos festivos y el campamento reivindicativo, al menos en su actual emplazamiento, se antoja imposible, máxime cuando en Sant Jaume están programados actos tan multitudinarios como la Diada Castellera Històrica, con las colles punteras, y la demostración de las agrupaciones locales, que año tras año llenan la plaza de castellers y de espectadores hasta el punto de que desde hace unos años se establecen controles de entrada.
Ayer, la consellera de Presidència y portavoz de la Generalitat, Elsa Artadi, se sacudió el problema y descartó que los Mossos vayan a evacuar la plaza. “Es un tema de ocupación de vía, no nos corresponde entrar”, dijo pasando la pelota a la vecina de enfrente y a la Guardia Urbana. “La gente –añadió Artadi– tiene que poder manifestarse, no vamos a ser nosotros quienes pongamos impedimentos”.
Pero la gente también tiene derecho a disfrutar de cuatro días de fiesta y en ningún sitio está escrito que la manifestación independentista sólo pueda celebrarse en el kilómetro cero de Catalunya. Eso es lo que piensa el gobierno municipal, que no quiere asumir el papel de represor de independentistas pero es plenamente consciente de que el viernes la plaza Sant Jaume ha de ser espacio libre de tiendas de campaña. Entre Ayuntamiento y concentrados ya ha habido contactos. Ayer, la alcaldesa Colau tras el minuto de silencio por el asesinato de una mujer a manos de su esposo en Poble Sec, conversó durante unos minutos con los protagonistas de la protesta. Mientras, su número dos, Gerardo Pisarello, se mostró convencido de encontrar una fórmula que haga “compatible” la acampada con la Mercè. Quizás retirar las tiendas cuatro días y permitir la acampada en otro lugar para después tolerar la reocupación de Sant Jaume. Si los responsables municipales no lo consiguen confían en la mediación de les colles castelleres y de cultura popular y tradicional.