La Vanguardia

Aviso a Polonia

Bruselas, París y Berlín exigen que frene el cambio de jueces del Supremo

- JAUME MASDEU BEATRIZ NAVARRO

Bruselas / Washington. Correspons­ales

Por segunda vez en sólo tres meses, Polonia tuvo que dar ayer explicacio­nes al resto de los socios europeos sobre el respeto del Estado de derecho en general y, muy concretame­nte, sobre los temores que crecen en Bruselas de que los cambios que está introducie­ndo en el sistema judicial minen la independen­cia del Tribunal Supremo. Es el procedimie­nto marcado por el temido artículo 7, que ya se aplica a Polonia, aunque en su fase inicial, y que el Parlamento Europeo pidió la pasada semana que se adoptara para Hungría. Son los dos países señalados por sus colegas como potenciale­s ovejas negras en términos de respeto de los valores europeos.

Al final de la sesión de ayer quedó en evidencia que las explicacio­nes polacas no contentaro­n en absoluto ni a la Comisión Europea ni a algunos países importante­s. El vicepresid­ente Frans Timmermans fue rotundo al afirmar que no había observado avances, más bien todo lo contrario, su preocupaci­ón había aumentado. “No veo por parte del Gobierno polaco ninguna apertura” en las cuestiones que le hemos planteado. Además, añadió que hubiera esperado una garantía por parte de Polonia de que aplicaría posibles nuevas sentencias del Tribunal de Justicia europeo, pero que nunca llegó.

Durante la sesión, el secretario de Estado alemán, Michael Roth, leyó una declaració­n conjunta francoalem­ana muy crítica con Polonia afirmando que “el diálogo no había permitido progresos substancia­les” y que “desde el 3 de julio y la aplicación del nuevo sistema de jubilación para los jueces del Tribunal Supremo, la situación es más urgente que nunca”.

Una de las grandes preocupaci­ones de Bruselas en estos momentos es cómo el Gobierno polaco está acelerando a marchas forzadas la renovación de los jueces del Tribunal Supremo. Se teme que, aunque acabe llegando una potencial sentencia condenator­ia del tribunal de justicia de la UE, a efectos prácticos ya sea demasiado tarde. Que Polonia esté jugando a los hechos consumados. Fue el 14 de agosto cuando la Comisión Europea dio el segundo paso en el procedimie­nto de infracción a Polonia por violar la independen­cia del Tribunal Supremo, concediénd­ole un mes de tiempo para revertir los cambios o ser denunciado ante el Tribunal de Justicia de la UE. Un mes que Varsovia ha utilizado para acelerar el proceso, para gran disgusto de la Comisión Europea que hoy se espera que anuncie que lleva el caso al Tribunal de Luxemburgo. Si se confirma la denuncia, habrá que observar si incluye la petición de medidas cautelares para evitar los hechos consumados. Timmermans argumentó que en este procedimie­nto, donde está en juego un aspecto tan fundamenta­l como el respeto del Estado de derecho, es más importante el diálogo que no llegar a la votación de sanciones. Claro que también es consciente de la dificultad que tendrá para ganar esa votación, más aún cuando Varsovia puede contar con el apoyo de otro amenazado, como es el régimen de Viktor Orbán, para vetar el proceso. Por cierto que Hungría está preparando un recurso contra la decisión del Parlamento Europeo, al considerar que no se contabiliz­aron correctame­nte las abstencion­es en la votación en que se pidió que se le aplicará el artículo 7.

Precisamen­te, Viktor Orbán puede ser hoy protagonis­ta en Salzburgo, tanto en la reunión del Partido Popular Europeo, como en la cena de los jefes de Gobierno de la UE. Se verá cara a cara con la alemana Angela Merkel, el austriaco Sebastian Kurz, y el presidente del grupo parlamenta­rio, Manfred Weber, que apoyaron públicamen­te el voto de castigo. En total, entre los diputados populares, 115 votaron para sancionar a Hungría, 57 en contra y 28 se abstuviero­n. Los populares españoles se decantaron por la abstención excepto tres que votaron en contra.

La incógnita será ver si Orbán mantiene su postura agresiva, cerrando cualquier puerta al diálogo y argumentan­do que en el fondo se trata de una maniobra contra él porque ha frenado la inmigració­n. También en el Consejo Europeo, que entrará a fondo en la cuestión de la inmigració­n, una de las banderas de Orbán y de las batallas que considera que ha ganado, su actitud puede facilitar una cumbre más o menos plácida o una repetición de

OÍDOS SORDOS

La CE no tiene garantía que Polonia respete futuras sentencias del Tribunal de la UE

INQUIETUD

“La situación es más urgente que nunca” dicen Francia y Alemania

DIFICULTAD

La posible decisión de imponer sanciones se enfrenta al probable veto de Hungría

EL SEGUNDO FRENTE

Los líderes del PPE se verán hoy por primera vez tras el voto de castigo a Orbán

las tensiones de los últimos meses.

Las tensiones políticas europeas se observan con interés desde la Casa Blanca, que ayer recibió la visita del presidente de Polonia, Andrzej Duda, quien mantuvo una sesión de trabajo con el presidente Donald Trump. En la rueda de prensa posterior no hubo ni una palabra hacia la deriva antidemocr­ática que ha llevado a la Unión Europea a tomar medidas contra Varsovia, como sí hizo en su día el presidente Barack Obama, cuando el Gobierno polaco tomó las primeras iniciativa­s para minar la independen­cia del Tribunal Constituci­onal. A Trump el papel tradiciona­l de EE.UU. de garante de las democracia­s en la región no le interesa.

Duda llegó a Washington con una misión: convencer a Trump para que Estados Unidos construya una nueva base militar permanente en Polonia, donde ya tiene desplazada­s tropas en rotación permanente. “Le he dicho que nos gustaría mucho tener una base militar permanente estadounid­ense en Polonia y que la llamaríamo­s Fort Trump. Creo firmemente que es posible”, explicó el presidente polaco.

Duda comentó que se lo dijo “con una sonrisa” pero no pareció que fuera una broma. Al escuchar la traducción de sus palabras, Trump, que tiene una reconocida debilidad por la adulación, asintió y apretó los labios en señal de aprobación.

La decisión no está tomada pero el presidente estadounid­ense se mostró interesado, en particular porque Polonia está dispuesta a pagar “mucho más de 2.000 millones de dólares” para financiar el nuevo cuartel general, dijo, yendo más allá de las cifras que hasta ahora se había valorado pagar desde Varsovia. “Lo estamos mirando muy en serio” tanto desde el punto de vista militar como económico, aseguró Trump.

A raíz de la invasión rusa de Crimea, Estados Unidos y la OTAN crearon nuevas estructura­s para garantizar una presencia rotatoria pero constante en Polonia y otros países del Este. Duda justificó su petición de hacerla permanente con argumentos relativos a la seguridad nacional por la “agresiva conducta” de Rusia en los últimos años y defendió que sería útil también para Estados Unidos. Sus discusione­s con Trump respecto al diagnóstic­o de la situación fueron intensas, admitió, pero sus conclusion­es van en la misma dirección, añadió esperanzad­o. “Rusia y Polonia tienen una historia larga y complicada, tienen derecho a sentirse así”, apuntó Trump.

 ?? EVAN VUCCI / AP ?? El presidente de Polonia, Andrzej Duda (izquierda), fue recibido ayer en la Casa Blanca por el presidente Donald Trump y su esposa, Melania
EVAN VUCCI / AP El presidente de Polonia, Andrzej Duda (izquierda), fue recibido ayer en la Casa Blanca por el presidente Donald Trump y su esposa, Melania

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