El ministro del Interior de Macron prefiere volver a la alcaldía de Lyon
Collomb es un fiel de primera hora que ha criticado la arrogancia presidencial
Gérard Collomb, un exsocialista con muchas horas de vuelo en la política francesa, prefiere volver a ser alcalde de Lyon antes que continuar como ministro del Interior. No es una gran noticia para Emmanuel Macron, por más que sus portavoces traten de disimularlo. Resulta inevitable interpretarla como un síntoma más del desgaste del presidente, 16 meses después de su triunfal llegada al Elíseo.
Collomb, de 71 años, anunció en una entrevista con el semanario L’Express que abandonará el cargo después de las elecciones europeas del próximo mayo. A partir de entonces se dedicará por completo a la campaña de las municipales, que se celebrarán en el 2020. Collomb ya fue alcalde de Lyon entre el 2001 y el 2017.
Se sabía que Collomb tenía en mente regresar a su feudo. Sin embargo, comunicarlo ahora, con tanta antelación, añade turbulencias en un periodo ya complicado. Hace pocas semanas dio el portazo otro peso pesado, Nicolas Hulot, el carismático ministro de Transición Ecológica y Solidaria. Junto a él se marchó la titular de Deportes.
La deserción de Collomb, que impone la línea dura en el tema de migración y asilo –y deja a Macron en una posición más moderada–, no es anecdótica. Su pronta conversión al macronismo dio legitimidad al hoy presidente. Su presencia en el Gobierno le regaló un plus de experiencia. Los últimos meses, empero, no han sido fáciles. El ministro del Interior quedó algo tocado durante el escándalo protagonizado por Alexandre Benalla, guardaespaldas de Macron. En la comparecencia ante el Parlamento, Collomb echó balones fuera con mucha energía, para eludir responsabilidades, si bien puso en evidencia con su actitud su sorprendente desconocimiento, siendo máximo responsable de la policía, del sistema de protección en torno al jefe del Estado.
En las últimas semanas, quizás consciente ya de que el anuncio de su salida se acercaba, el siempre locuaz y hábil Collomb dejó caer críticas hacia el estilo de gobierno de Macron. En una entrevista con el canal de televisión BFM, el ministro atribuyó a “la falta de humildad” los malos resultados en los sondeos para el Ejecutivo y el presidente. Collomb hizo un alarde de erudición y recordó que existe una palabra griega, hibris, para designar la maldición de los dioses que cae sobre quienes se consideran demasiado fuertes y capaces sólo de victorias. En la entrevista de ayer con L’Express, el aún titular de Interior advirtió que, tras la gran victoria del 2017, era fácil caer en la tentación “de embalarse”, de la euforia. “Lo experimenté en otras épocas; fui un joven diputado en 1981”, dijo, en alusión al triunfo del socialista François Mitterrand, quien se vio obligado a corregir bruscamente el rumbo, sobre todo el económico, para asegurarse su continuidad en el Elíseo.
Desde la oposición conservadora hubo críticas a Collomb por querer seguir siendo ministro a pesar de haber comunicado que
Es la segunda deserción de peso tras la reciente marcha del ministro de Ecología
dejará el cargo. Consideran que un puesto tan sensible debe ocuparlo alguien con plenas atribuciones y no debilitado por una dimisión anunciada. Le Figaro hizo una encuesta entre los lectores de su edición digital. El 79% de quienes participaron opinaron que Collomb debería dejar el ministerio ya.
La renuncia de Collomb seguramente no será la última en los próximos meses en el equipo de gobierno. Otros miembros del Gabinete suenan para candidatos a alcalde, entre ellos su portavoz, Benjamin Griveaux, que no esconde su interés en descabalgar a Anne Hidalgo en París.