El Barri Gòtic, hoy

Barri Gòtic, quién te ha visto y quién te ve. El sábado por la mañana me planteo un paseo por Ciutat Vella. Lo primero que detecto es un tufo a orín que envuelve todo el barrio y que no me abandonará hasta salir.

Descubro el nuevo turismo de Barcelona: cada 50 metros gente pidiendo limosna, todos extranjeros. Plaza Santa Anna, Sant Felip Neri, el Pi, Sants Just i Pastor... Sacos de dormir, cartones, suciedad, mucha suciedad, gente con síntomas de síndrome de abstinencia.

Y de la plaza Sant Jaume a la catedral, tullidos cada 25 metros con la misma finalidad, la limosna. Son los nuevos turistas o profesionales de la mendicidad, que han encontrado un filón en la permisividad de las autoridades de la Ciudad Condal. Y ni un solo policía en todo el trayecto.

Alguien tendrá que poner orden en este barrio sin ley. Demasiados esfuerzos estériles en cruzadas exteriores y el problema humanitario lo tenemos en casa. JAVIER ESTEBAN RIBALTA Barcelona