Valtònyc, en Bélgica
Leo una noticia sobre el rapero mallorquín Josep Miquel Arenas, Valtònyc, que, como jurista ya jubilado que soy, me obliga a divulgar algunas consideraciones sobre el tema (“Belgica niega la extradición de Valtònyc, Cultura, 18/IX/2018).
Sin entrar –por el desconocimiento del proceso judicial seguido ante la jurisdicción española– en si la sentencia es justa o no, me parece una quiebra del sistema judicial europeo que un tribunal extranjero, en este caso belga, se niegue a extraditar a un súbdito de otro país de la Comunidad Europea por considerar que las expresiones de Valtònyc no son delito. Esto supone en mi modesta opinión juzgar de nuevo desoyendo la legislación penal del país que en su día condenó y ahora solicita la colaboración para la extradición. Insisto en que no entro a considerar la justicia del fallo de España, sino la negativa de Bélgica. Creo que la decisión belga es un amparo a un delincuente, que lo es mientras algún tribunal superior europeo dictamine lo contrario. Remarco lo de superior.
Para evitar suspicacias aclaro que no es el mismo caso de los huidos políticos. Estos han evitado, en su caso, ser juzgados. Valtònyc ha sido juzgado y condenado.
MIGUEL MERCADO VIDAL Suscriptor
Barcelona